viernes, 11 de octubre de 2019

¡A la mierda!

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Los meses de parón de este blog obedecen fundamentalmente a estos motivos: hartazgo y desgana. Tampoco consigo centrarme en escribir algo sobre mis habituales aficiones, pero es que sinceramente, con la que está cayendo me resulta casi indecente dedicar líneas a cualquier suerte de hedonismo.

¿En qué clase de circo se está conviertiendo el mundo y nuestro país? Son tantos los frentes abiertos que se requieren dosis de diazepán. Afrontar la lectura de la prensa diaria (aunque sea un leve picoteo) me supone cuanto menos un rictus. ¿O yo me convertí en un extraterrestre?

Por una parte, está de moda poner a caer del burro a Greta Grunberg, esa muchacha sueca que ha decidido dedicar su vida al activismo. Lo cierto es que los adultos llevamos muy mal que un niño nos toque las narices con argumentos serios, pero yo prefiero esta clase de jóvenes a aquellos que veo a diario montados en el autobús con cara de zombies mirando su móvil y con unas charlas y actitudes que hacen aflorar en mí aspectos de mi personalidad que no me gustan un pelo. También es que es muy fácil cebarse con una persona basándonos en su transtorno de conducta, que contrasta con la lucidez de la muchacha. En fin, si no pasa nada... que el planeta ha tenido cambios climáticos en su historia es bien sabido, tanto como que los mismos han tenido ciclos temporales muy diferentes al actual, negar la influencia de la intervención humana en esta carrera del reloj climático es inconsciencia, no hay más. Me resulta llamativo que los mismos que ponen a caldo a la activista, no tienen misma medida para un sujeto como Donald Trump, un auténtico loco al mando de la mayor potencia mundial, parece que el bufón nos resulta muy divertido para reirnos.

En España nos tomamos todo a risa, por una parte es una buena herramienta de supervivencia para no amargarte la vida, por otra un hándicap, porque con ese hábito nos tienen bien pillados de las gónadas, en Francia por mucho menos se monta un buen jaleo en las calles con contenedores ardiendo, y a los dirigentes gabachos no se les ocurre de tildar de terrorismo tales botarates, porque saben muy bien que la olla exprés está a tope y su pueblo ya pasó a guillotina a tiranos (cuestión de la que los franceses por lo general se sienten bastante orgullosos, es lo que tiene ser una República sin complejos).

Camino de unas nuevas elecciones tras un fracaso bien sonado de investidura, y con el toque de atención 'niños, a ver si esta vez votáis bien'. Lo que ha sucedido no tiene nombre, que en otros paises sean posibles gobiernos de coalición y aquí no, que la fuerza más votada pero sin mayoría quiera un cheque en blanco para gobernar... que los ex-líderes del bipartidismo sugieran otro tipo de coalición 'por interés del estado' ¿qué interés? ¿que todo siga igual? ¿las mismas consabidas recetas? ¡Por favor! Que no me tomen más el pelo, a mí no.

Y la momia del viejo, esa es otra, con el prior de Cuelgamuros en rebelión, a ver si van a tener que entrar las fuerzas del orden -esas que muchas veces dan su apoyo implícito a la extrema derecha y los residuos del franquismo-, estaría francamente divertido. También estaría muy bien que el Papa Francisco descuelgue el teléfono y pusiera en su sitio a ese boludo (me encanta esta expresión argentina, la he apadrinado de un par de amigos) y de paso a la Conferencia Episcopal Española, que lleva todo este asunto puesta de perfil y sin mojarse.

Desde luego, no dudo que el actual gobierno provisional ha usado este asunto con claros tintes electoralistas (luego, de perpetuarse en el poder, seguirá con el habitual recetario), pero no por ello la cuestión era menos necesaria (imprescindible) y el devenir de su gestión ha puesto de manifiniesto las numerosas lagunas de nuestra 'democracia'.

Esa es otra característica muy nuestra: hacer todo a medias. La Transición es clara muestra de ello, y los años posteriores de supuesto gobierno progresista aún más, que dejaron esa patata caliente y ahí los tenemos: un homenaje al Guardia Civil rebelde que estuvo a punto de poner el país patas arriba en 1981 ¿o quizás fue todo una maniobra bien calculada? A estas alturas me apunto a las más conspiranoica de las teorías.

No, no hay manera de que en este país cambien las cosas, y el escenario mundial no ayuda nada, todo lo contrario, sirve para atrinchera aún más a esa amplia -mal que me pese- colectividad inmovilista. El telón de fondo es una crisis multisistémica: Capitalismo Financiero agotado, Sistema Político Español agotado, Valores agotados... el que trabaje con el público lo tiene fácil de comprobar: la gente está totalmente crispada. Y en el fondo no es para menos.

En fin, volvamos a echar los dados, pero la suerte yo creo que está echada, hemos entrado en un bucle en el que hará falta gente nueva (hasta los 'nuevos' políticos ya se han quemado) y mucha valentía... ¿alguien a mi alrededor?... no es el primer día que piensa uno pillar la maleta, el problema ¿a dónde?

Os dejo un tema de mis queridísimas Vainica Doble, tiene sus años, sigue plenamente vigente, como muchos de los que firmaron.


1 comentario:

Voix dijo...

Antonio! Que nos armemos un dúo y hagamos gira internacional! Con los cascotazos recibidos podrìamos construir una fortaleza en las Tierras Altas. Y cuando llegue el "apocalicsis", reservarnos derecho de admisiòn y permanencia. Abrazo!