lunes, 15 de julio de 2024

Espectáculo 1 - Arte 0

(Publicación editada a lo largo del dia, por corrección y ampliación)

Llevo días rumiando si me pronunciaba sobre esta cuestión, la comidilla de la última semana en relación con la decisión del Festival Internacional de Música y Danza de retrasar la hora del concierto de clausura del pasado domingo 14 y además instalar una pantalla de proyección en el Palacio de Carlos V, a colación de la 'final' de la Eurocopa en la que finalmente la Selección Española ha sido ganadora. Vaya por adelantado mi felicitación a los aficionados al deporte rey.

¿No lo sabían? Aquí tienen el enlace oficial del Festival.

A estas alturas de la película ya hubo varias personas manifestando el dislate de semejante decisión, voy a remitirles en primer lugar a mi buen amigo Fernando López Vargas Machuca, que en su blog ya hizo dos publicaciones al respecto: Enlace a la primera y enlace a la segunda.

Les reconozco que en general me he llevado una impresión muy positiva de la dirección estos últimos años en el Festival, con una franca mejora de la programación -en unas circunstancias económicas bastante adversas- y algunos aspectos como la vuelta de los recitales de órgano, que en las dos anteriores etapas estuvieron muy descuidados. Y desde luego esta última edición ha tenido un nivel musical excelente.

Pero eso no quita para mi profundo desacuerdo respecto a esta decisión. No somos simples melómanos enojados en un supuesto ataque de elitismo (he visto comentarios en redes sociales al respecto que dan un poco de grima) los que hemos queado espantados con esta decisión, en la revista Scherzo se publicó previamente un artículo donde deja las cosas meridianamente claras (ya lo comenta Fernando en su publicación). Curiosamente este medio fue fundado por el director saliente del Festival de Granada, y en alguna ocasión ha salido a su defensa a la menor crítica. ¿Será esta una decisión suya o impuesta por otros estamentos e intereses? Inicialmente pensé que nos quedaríamos con la duda, pero luego ha quedado meridianamente claro.

Del citado artículo de José Manuel Ruiz Martínez en Scherzo, este párrafo me hace sentir totalmente identificado:

"La falta de respeto hacia los espectadores que no están interesados en el fútbol, que sacaron su entrada con mucha antelación (se pusieron a la venta en abril), y que en no pocos casos trabajan al día siguiente y ya están haciendo un esfuerzo para asistir al concierto a las diez de la noche; la falta de respeto hacia los músicos que no están interesados en el fútbol y que de un día para otro tienen que tocar una hora más tarde; la falta de respeto hacia los trabajadores, técnicos y voluntarios del Festival que no están interesados en el fútbol y que tiene que hacer horas extra; y, por último, la falta de respeto del Festival decano de España para consigo mismo al convertir su concierto de clausura en el apéndice de un acontecimiento deportivo; todas estas faltas de respeto sucesivas y conjuntas, digo, son tan evidentes que no requieren mayor dilucidación. Pero en una sociedad incapaz de concebir que a alguien no pueda interesarle el fútbol parece que no se ven."

Claro que siempre hay tiesto para una maceta, si no lean esta publicación en Beckmesser firmada por Justo Romero elogiando la decisión. Es de un pelotilleo tan descarado que no requiere más explicación, porque la argumentación brilla por su ausencia salvo una proclama de topicazos concilidadores y descalificaciones a los disconformes mezclando churras con merinas. Que una cosa es ser un intransigente, y otra tener criterio. Y en este caso si se apunta como claro artífice (por ahí está esa palabreja: dinamizador) al Director del Festival, y en ese caso no puedo decir otra cosa que una cacicada. Lamentable.

Ampliación:

Hoy mismo se publicó un nuevo artículo en Scherzo que para mí ya es rizar el rizo en cuanto a dorar la píldora, de nuevo de Justo Romero (que insistencia ¿no?), que parece todo un ajuste de cuentas con el anterior publicado por José Manuel Ruiz, un poner orden y aquí nadie se mueve de la foto. Queda claro que aquí todo el mundo toma sus posiciones, y llegan a tomarnos por tontos.

Y como relata en su última publicación mi amigo Fernando, parece que no todo fueron loas, y miren también la foto de la gran concurrencia que observó la pantalla con el partido. Y bueno, imaginen que la cosa se hubiera prolongado en virtud de prórrogas y penaltis ¿que tenía pensado la dirección del Festival al respecto). Y sé de primera mano que al menos una persona renunció a acudir a semejante disparate, renunciando a su entrada. Me llega a pasar a mí, y creo que voy, pero monto el pollo.

Que no hombre, que no, que no me tomen por tonto. Y que somos mayorcitos para saber que queremos en un momento determinado y renunciar a algo si es preciso.

Poco se valora el arte, en demasía el espectáculo. Son los tiempos que nos tocan. 

martes, 2 de julio de 2024

Va de libros I: Hispavox, el sonido de una época


Abro un nuevo frente en esta bitácora, que no sé lo que durará, pero resulta que ahora mismo tengo varios libros que me gustaría comentar, así que empezamos con este tocho de 321 páginas en formato A4 editado por Lenoir Ediciones,  imprescindible para quien tenga interés sobre la industria discográfica en España y sus implicaciones musicales.

Escrito por José María Díez Monzón, que trabajó como ingeniero de sonido en Hispavox en el periodo 1977-1983, es un extenso y bien documentado trabajo que nos ofrece un relato de una de las dos compañías discográficas más importantes creadas en España (la otra sería Columbia S.A. de San Sebastián). Este libro aborda tanto la historia empresarial, la evolución tecnológica y los artistas vinculados a Hispavox.

El libro se estructura en dos partes bien diferenciadas, la primera es cronológicamente anterior a la incorporación de Díez Monzón a la plantilla de Hispavox. En ella se recogen con gran profusión de detalles la creación de la compañía en 1953 y su desarrollo hasta 1977. Magnífico trabajo de recopilación documental, incluyendo planos y fotografías de la nueva sede de la compañía edificada en 1964 en la Calle Torrelaguna: todas las dependencias, detalles de los estudios y del equipamiento técnico. A modo general queda dibujada la estructura de la empresa y su andadura en esos años haciendo mención a sus artistas más significativos, y como no, a personajes de enorme importancia como Rafael Trabuchelli y Waldo de los Ríos, principales responsables del 'Sonido  Torrelaguna' que se gesta en esos años.

Queda claro en este primer bloque que Hispavox nace con una ambición tanto empresarial como cultural, no buscando exclusivamente los réditos económicos, sino ofreciendo un catálogo musical que abarca desde la música pop, la tradicional y el folclore, y la más 'culta'. Y lo hace en una época muy complicada de la historia de nuestro país. Además de la producción propia, el sello asumirá paulatinamente la distribución española de otros catálogos internacionales como: Atlantic, CBS, Elektra, Erato, United Artist, WB, etc.

La segunda parte del libro corresponde a los años en que el autor ya trabaja en la compañía, y la exposición pasa a tener un relato mayoritariamente cronológico. Díez Monzón aborda su incorporación a la plantilla, su implicación en los distintos procesos de producción y grabación, en los cada vez se le otorgan mayores competencias. En esta época se produce además una renovación del equipamiento técnico, junto con una severa restructuración de los estudios. También empezarán los primeros ajustes económicos y la pérdida de algunas distribuciones por la implantación de las multinacionales en España. Y como no, la revolución musical de la denominada 'Movida Madrileña'.

Este relato tiene un enfoque bastante personal y casi biográfico, y Díez Monzón nos cuenta sus experiencias en la compañía, su relación con los jefes y los músicos y su gran implicación en todas las tareas que acomete, algunas rozando el altruismo. Es evidente que el autor amó su profesión.

Si este libro tuviese una afortunada y necesaria segunda edición (creo que la primera ha volado en un plazo breve) habría aspectos que podrían mejorarse. El fundamental para mi sería dedicar un capítulo específico al departamento de Música Clásica que dirigió María Francisca Bonmati. La producción de Hispavox en este apartado queda reflejada de manera bastante dispersa en el texto, con muchas pinceladas pero falta de una visión global. Y el otro que me ha dejado un poco expectante es el breve relato de los últimos años de la compañía, con su adquisición por el grupo EMI en ese trayecto final, no dudo que el autor tendría recursos para ofrecernos una suerte de ensayo sobre ese proceso y su lugar en la crisis discográfica mundial que aconteció en los años 90'.

Pero os dejéis desviar por mis exigencias, este es un libro que hay que tener. Hasta la fecha no se ha publicado nada semejante.

Añado este vídeo con una reciente entrevista al autor.



 

lunes, 13 de noviembre de 2023

No más preguntas

 

Esta misma mañana mi amigo José Miguel López de Haro publicaba en su Caralibro esta imagen y cito 1.340.000 votos más. 5,4 puntos porcentuales de diferencia.

Así funciona nuestra democracia parlamentaria, es muy simple. Desde luego que hay libertad de manifestarse ante lo que no nos guste, pero lo que estamos viviendo es un intento de derrocamiento de la voluntad popular por adelantado, y al Sr. Feijóo se le está viendo bien el plumero de que de hombre moderado tiene bien poco.

Estos señores que se les llena la boca de patriotismo barato tienen muy mala memoria, cuando olvidan que cómo José María Aznar pactaba y hacía concesiones, ¿entonces el PSOE se dedicó a incendiar las calles?

No soy muy de memes, pero este que compartió otro amigo me encanta, es demoledor. Descriptivo de como está el patio, que a ratos me meo a risa y a ratos mecagolaspatasabajo.


Si el lector tiene curiosidad: SÍ, soy partidario de practicar aplicar la amnistia en Cataluña, va siendo hora de templar los ánimos y poner un poco de orden en un patio que ya se encargó bien de revolver el PP con su recurso al Constitucional de Estatut que hasta Margallo reconoció fue un exceso.

NO, no me simpatiza la vía nacionalista-independista, en general los nacionalismos me dan mucha urticaria y el patriotismo exacerbado una pendiente peligrosa a todo tipo de enconamientos sociales inútiles. Luego esos señores de Junts son lo peor del neoliberalismo... recordemos bien que la mutación desde CIU fue una huida hacia delante por sus escándalos de corrupción. 

Todas estas discusiones sobre el sexo de los ángeles se acababan con una República Federal (y ya puestos laica, que aquí la Iglesia lo mismo en unos sitios le daba aliento al dictador y en otros a lo peor del independentismo vasco).

Ah, y NO voto PSOE, siempre estuve más a la izquierda. Conste que el PSOE actual es bastante más decente que el de la época de Felipe González... ese señor 'X'. En Andalucía sigue sin norte, así nos va con Bonilla de presi autonómico y la Sanidad echa unos zorros.

No hay más preguntas señoría. Esta publicación es corta, pero no dejen de visitar los enlaces. Evidentemente no son del ABC.


viernes, 21 de julio de 2023

Peligrosa Autocomplacencia


A pocas horas de entrar en la jornada de reflexión previa a estas las Elecciones Generales, estoy agotado mentalmente (bueno, también físicamente con estos golpes de calor contínuos). Agotado del nivel de mierda que circula, de mentira, de manipulación y de una mayoría de medios de comunicación que les baila el agua a esta derecha española absolutamente tóxica y primitiva.

También muy preocupado. Nos jugamos mucho el 23 de julio. Nos jugamos un salto en el tiempo, a épocas nada deseables, retrocesos sociales y pérdidas de libertades (manoseado concepto y prostituido ya por las fuerzas reaccionarias). Porque no veo el resultado nada claro, y sobre todo porque me encuentro con personas más o menos cercanas que asumen ciertos discursos absolutamente nefastos que se están difundiendo.

Sobremanera llama la atención la llamada de la nostalgia, del cualquier tiempo pasado fue mejor, de robar Verano Azul como artimaña propagandística, en un burdo intento de menospreciar algunos progresos sociales de nuestro pasado reciente, de confundir a la población y querer atraparla en el pasado.

Nadie se libra de mirar a su juventud con las lentes de la felicidad, de recordar lo que más nos regocija. Potencia esta tendencia el vivir en un mundo muy cambiante, que plantea gran cantidad de incógnitas e incertidumbres. Es más fácil refugiarnos en el hogar infantil que afrontar los retos, es autocomplaciente. En juego también hay otro factor, eximirnos de cualquier responsabilidad en el desarrollo de los acontecimientos, como si los cambios o los obstáculos que hemos de afrontar, no tuvieran nada que ver en cuanto a nuestros actos pasados, esto también es autocomplaciente. La culpa es de otro ente, los poderes, los políticos… pues sí, pero ¿de que poderes y de qué políticos? ¿y siempre el muerto es para otro?

También nos juega mala pasada la consciencia. ¿Eramos conscientes hace décadas de los problemas que afectaban al mundo? Es una de las putadas de la madurez, salvo que juguemos a ser avestruz teniendo ciertas edades.

Es cierto que también hay muchísimas cosas de este momento que vivimos que me molestan y me siento inadaptado. La lista sería extensa desde lo práctico hasta lo más lúdico. Me sobra el turismo en masa, me sobra mala música, y unas cuantas cosas más. Unas dependen realmente de la gestión política (y no vienen de ayer, sino de décadas de cocerse el problema) otras son entendibles en el vaivén de la civilización, con sus periodos de luz alternados con los de decadencia.

Curiosamente en algunos temas se juega con la estadística, entendida como ‘la niña del exorcista’ que dice mi marido, y es que se le retuerce el pescuezo que da gusto oigan. En relación al cambio climático por ejemplo, siempre encontraremos a un negacionista que nos dira ‘siempre hizo calor’, ‘hubo picos extremos como estos’, ‘hubo sequías’. Si claro ¿pero se le escapa que la frecuencia con la que estos fenómenos se suceden ha pillado una rampa logarítmica? Si vives en Granada contemplando Sierra Nevada, que la nieve por debajo de 2000 metros de altitud se haya convertido en rara avis no quiere decir nada, venga ya… Pero sí, que te quieren controlar cambiando de hábitos de vida, asumiendo nuestra parte de responsabilidad.

En todo ese batiburrillo de nostalgia como ya he apuntado antes, el concepto libertad es el que se lleva todos los premios de tergiversación. Es un concepto delicado, de finos límites. Pero este soniquete que viene repicando ya hace un tiempo de ‘antes había más libertad’ es para hacérselo mirar. Si, puede que tuvieras libertad para fumar donde te diera la gana y se jodieran los demás. Para ir en coche a mear si hiciera falta porque estar montado en auto tenía su plus de rango social. Puede que tuvieras libertad para arremeter contra cualquier minoría racial o social sin que nadie te pusiera en tu sitio. O para zurrarle a tu pareja porque formaba parte de las costumbres de ese pasado tan maravilloso. A todo esto se me ocurre que en el imperio romano también había libertad para machacar cristianos con tranquilidad ¿a que no mola?

No, no veo el pasado de color de rosa y Verano azul es simplemente un testimonio de una época. Y aunque sea un apasionado de rock progresivo, rebuscando encuentras ahora música muy valiosa, está ahí, los problemas son otros más relacionados con estructuras que precisamente tienen que ver mucho con el lucro, con el ansia de dinero fácil (algo que sí le mola a la derecha).

Sepan lo que hacen, a muchos nos pueden joder la vida. Incluido al votante manipulado.

lunes, 1 de mayo de 2023

Tubular Bells cumple 50 años

Esta bitácora no podía dejar pasar el 50 aniversario de la publicación de Tubular Bells, el primer álbum de Mike Oldfield. Un trabajo que supondría un gran impacto en el devenir del rock de los años ‘70. La fecha exacta fue el 25 de mayo de 1973.

Hay ríos de tinta escritos sobre este disco, y a pesar de la redundancia de información que podéis encontrar al respecto, quiero aportar mi grano de arena incidiendo en algunas cuestiones que no son habitualmente abordadas aprovechando la efeméride.

Desde un punto de vista estrictamente musical, Tubular Bells es difícil de catalogar, para mí el término más próximo sea Rock Sinfónico, más que nada por la estructura de larga duración de las piezas del mismo, dos partes que rondan los 24 minutos, lógicamente por el condicionamiento de duración de las caras de cada LP. Hay una clara similitud con la forma de Poema Sinfónico.

La primera parte de Tubular Bells se estructura en una sucesión de variaciones sobre el tema de inicio tocado al piano, transcurriendo a través de distintos clímax, en pasajes más eléctricos combinados con otros más ambientales. Finaliza esta parte con la conocida presentación de los distintos instrumentos por parte de Vivian Stanshall en un crescendo, con una clara similitud con el Bolero de Ravel. La segunda parte es más heterogénea, con un precioso comienzo pastoral que se desarrolla hasta desembocar en un rock pesado con aullidos de hombre cavernícola y desembocar en un tema puente ambiental que rememora la melodía del inicio de la parte 1, con una breve pausa y el tema folk tradicional Sailor’s Horpipe. Esta segunda parte merece ser más escuchada, ya que siempre prevalece en la memoria colectiva el inicio del álbum.

El álbum, completamente instrumental -a excepción unos coros al final de la parte 1 y esos pasajes gritados en la parte 2- tuvo dificultades para encontrar discográfica que quisiera publicarlo. Oldfield paseó por varias compañías una maqueta realizada en cassette y el nacimiento del sello Virgin Records fue uno de los factores que facilitó su salida. Inicialmente en ventas tampoco arrancó fuerte, fue una triquiñuela del fundador de Virgin, Richard Branson, que cedió sin permiso de Oldfield el uso de la música para la película El Exorcista. El impacto del film ayudó a la difusión del álbum, que ascendió fulminantemente. Podemos considerar más o menos afortunada -para mi poco al caso- esta decisión, pero no cabe duda que es una incógnita que habría sido de Tubular Bells de no haber contado con esa ‘publicidad’.

Sin negar que el olfato de Simon Drapper (cofundador de Virgin Records, más importante para este caso que el propio Richard Branson) estuvo muy atinado al fichar a Oldfield, hay otro actores que influyeron en que Tubular Bells fuese unos de los discos más importantes de la historia del rock. El álbum se graba con la producción de Tom Newman (músico con ya buenas tablas de su paso por los grupos Tomcats y July) y la dirección técnica de Simon Heyworth (personal fijo de los recién inaugurados estudios The Manor). La grabación además de un hito importante en técnicas y aprovechamiento al máximo del sistema multipista, eclosiona felizmente por la buena sintonía de Mike Oldfield con sus compañeros de trabajo. Tengamos en cuenta que Tubular Bells se publicó el mismo año que The Dark Side of the Moon de Pink Floyd, grabado en Abbey Road bajo la dirección de Alan Parsons. Técnicamente no llega a esa excelencia, pero se queda muy cerca, para ser un sello y estudios recién creados y con un músico novel.

La portada de álbum, diseñada por Trevor Key, también ha terminado siendo una de esas ‘clásicas’ de los álbumes del rock de los ‘70: esa campana tubular torcida sobre el paisaje del oleaje marino y el fondo nuboso, y la contraportada con los huesos tirados en la playa, en referencia a la secuencia del film 2001 Una Odisea en el Espacio, dándose además la circunstancia que esta primera referencia del catálogo de Virgin Records fue V2001.

Tubular Bells dió mucho juego y quizás un exceso de herencia a su autor. El álbum tuvo dos secuelas (Tubular Bells II y Tubular Bells III) de las cuales la primera de 1992 es la más acertada. También una adaptación para orquesta The Orchestral Tubular Bells de 1974 por parte del compositor David Bedford que no terminó de ser satisfactoria para Oldfield (el asunto parece se debió a un empeño de Branson). También en 2003 el álbum fue regrabado por Oldfield, que siempre se quejó de las imperfecciones y defectos técnicos del original, pero el resultado no fue el deseado, ya que se perdía mucha de la crudeza y esencia del original (y tuvo errores bastante garrafales como meter instrumentos MIDI por medio).

La grabación original, efectuada en 16 pistas, también ha tenido su ‘tránsito’ y curiosidades a lo largo del tiempo, en las que si voy a entrar en detalle. Voy a poner por orden cronológico las distintas variaciones y mezclas que tuvieron lugar porque es bastante curioso:

  • 1973: Mezcla original en estéreo, editada en referencia V2001

  • 1974: Edición cuadrafónica en varios sistemas de codificación (SQ y también CD-4 mas orientada al mercado nipón) editada con referencia QV2001. NO ES una remezcla cuadrafónica real, es el original estéreo al que se le añaden reverb y algunos efectos, bastante prescindible.

  • 1976: El álbum es reeditado en la caja recopilatoria BOXED, ahora sí con una remezcla cuadrafónica real realizada por Phil Newell. El sistema de codificación es SQ, compatible con estéreo en cualquier aparato reproductor de vinilos, pero con severas limitaciones en la separación de canales según el programa sonoro. La cinta maestra codificada SQ se usó años después en la reedición en compact disc del BOXED. Esta remezcla tiene algunas curiosidades, balance distinto de algunos instrumentos, pasajes que antes no se escuchaban, pero lo más notorio: no suenan las campanas grabadas en la toma original. La cinta multipista se fastidió en un momento posterior (*) y hubo que regrabar las campanas. El sonido no es el mismo que en el original, porque Oldfield dejó literalmente arruinadas las campanas de los mazazos que les arreó (así suenan en la mezcla de origen, que parecen las del juicio final). Otros instrumentos como el órgano Farfisa también se vieron afectados en los primeros minutos. En el final de la parte 2 se recupera el Sailor’s Hornpipe que se grabó inicialmente con una importante perorata de Vivian Stanshall, pero se desestimó por considerarse demasiado bizarra.

  • 1981: Edición Half Speed Mastered de Epic para USA. Tiene la peculiaridad de usar la mezcla del BOXED, pero el Sailor’s Hornpipe es el de la mezcla original de 1973.

  • 2001: Edición en SACD de la remezcla cuadrafónica del BOXED. Por fin se pudo disfrutar plenamente en sonido multicanal de alta resolución de esta obra maestra, sin los inconvenientes de la codificación analógica SQ. El propio Simon Heywort remasterizó en formato SDS la cinta original de 4 pistas, que afortunadamente estaba impecable. Dicho SACD ofrece la capa surround con la mezcla citada y la capa estéreo con la mezcla original de 1973 en remasterización SDS de 1997 por el mismo ingeniero.

  • 2009: Remezclas tanto en sonido estéreo como multicanal por parte del propio Mike Oldfield, para las ediciones De Luxe. Como ya dije, la cinta de 16 pistas ya había sido ‘regrabada’ en algunas partes, así que nos pasa lo mismo que en la edición de la caja BOXED, que ni suenan las campanas mutiladas, ni el órgano es el mismo. Desde luego los resultados técnicos son mejores, aunque la remezcla multicanal se ofrece en DVD bajo los sistemas Dolby Digital o bien DTS. Habría sido de agradecer una edición en soporte de alta resolución como la del SACD.

* Aclaración sobre los daños causados en el máster multipista: La cinta tuvo una ‘visita’’ a los Estudios Abbey Road en una fecha indeterminada antes de la mezcla del BOXED. ¿El motivo? Se usaron dos fragmentos de Tubular Bells para un disco cuadrafónico de demostración (Quadrafile) que se realizó con la supervisión del ingeniero Alan Parsons. De hecho en las notas del BOXED se comenta este hecho y que la cinta anduvo perdida y apareció debajo de una cama.

Enlace a la edición del Quadrafile

Hay infinidad de reediciones de Tubular Bells, con algunas pequeña variantes respecto a lo expuesto, pero he querido extenderme en las que son importantes desde el punto de vista de sonido y alteraciones de la mezcla original. Sí, es un detalle nada despreciable para quienes conocemos la obra al dedillo, qué y cómo suena en cada segundo de la misma.

Si no conocéis el álbum, no dejéis pasar esta conmemoración para dedicarle 50 minutos.

Los créditos:

Parte 1:
Coro femenino: Mundy Ellis, Sally Oldfield
Doble bajo: Lindsay Cooper
Flauta: Jon Field
Piano de cola, Glockenspiel, Órgano [Farfisa, Lowrey], Bajo Eléctrico, Guitarras eléctricas, Electrónica [Taped Motor Drive Amplified Organ Chord], Otras Guitarras [Speed, Fuzz, Mandolin-like], Percusión [Assorted], Guitarra acústica, Flageolet, Piano [Honky Tonk], Campanas Tubulares: Mike Oldfield
Maestro de ceremonias: Vivian Stanshall

Parte 2:
Guitarra acústica: Tom Newman
Coro de los Estudios Manor
Coro Femenino: Mundi Ellis, Sally Oldfield
Conductor [Bootleg Chorus]: Mike Oldfield
Percusión: Steve Broughton
Guitarra Eléctrica, Órgano [Farfisa, Lowrey, Hammond], Bajo Eléctrico, Acoustic Guitar, Piano, Electric Guitar [Speed Elec. Guitars], Timpani [Concert Tympani], Guitarras [Sounding Like Bagpipes, Spanish], Voz [Cavernícola], Coro [Moribundo]: Mike Oldfield

viernes, 21 de abril de 2023

Estado de Sinrazón

A falta de motosierra tengo tijera ¡¡ojito!!

Que no todo va a ser música en esta bitácora, digo yo, me toca calentaros la cabeza con mis diatribas. Y es que verdad, cuando el tiempo está trastornao, uno lo termina también. Necesito un poco de catarsis, no sirve pa ná... pero como el espacio internauta-sideral da para estas cosas y todo el mundo lo practica, no voy a ser manos.

En abril aguas mil, siempre lo dijeron, pero como el titular de la entrada apunta, estamos en Estado de Sinrazón, o también podría haber dicho Esto es un Sindios, lo mismo da. Ni cuatro gotas en Semana Santa, que es un clásico lo del paso procesional interrumpido por algún chubasco (que se suma a la lluvia de lágrimas de los defraudados y compungidos), y con un marzo a las espaldas que a mí algún intento de esqueje se me fastidió por el súbito y disparatado subidón de temperaturas. Los datos hablan, una vez más... y ya no hay que ser ningún lumbreras para darse cuenta que llevamos un camino muy peligroso. El veranito pinta feo, feo, con los bosques secos. Aún así el debate sobre cambio climático sigue ahí con todo enmarañado: las políticas orientadas a menos contaminación en las ciudades para rechazo de muchos ciudadanos que entienden que el coche es un elemento indisoluble de su libertad, negacionismos varios, y otras teorías conspiranoicas. No voy yo a ser ahora quien defienda a muerte el coche eléctrico, porque encuentro que al final es peor el remedio que la enfermedad (seguramente otra burbuja interesadamente creada por la industria automovilística), que no hay batería ni puntos de recarga para tanta movilidad, y que al final vamos a mover la contaminación de un sitio a otro. En resumen: pollas. Yo tengo claro que cuando mi modesto utilitario termine sus días, no me meto a otro, me sobran motivos, no espero que los demás los compartan, pero lo razonable es que tengamos buenos transportes públicos y pensemos en el bien común, tanto mirarnos el ombligo ya.. Entre tanto miro Sierra Nevada y me dan ganas de llorar, porque tengo buena memoria de como ha ido desevolucionando desde que tengo uso de razón.

Marzo fue tórrido no sólo por la climatología (¡coño, le puse tilde!), también por el vergonzante episodio de la moción de censura que protagonizó la formación del vómito verde con un señor que ya es difícil creamos que alguna vez fue de izquierdas (hay hemeroteca al respecto) en papel de títere o a saber, lo de tener un momento de gloria. Esos que se sienten tan españoles y cuando quieren dicen ser constitucionalistas, tomando el pelo sin reparo alguno, limpiándose el culo con la Carta Magna (las mociones de censura tienen objetivo constructivo, no destructivo) y llevando a la cámara a nivel de realitíchou cutre. No sé si serán cosas del karma, pero uno de los gurús intelectuales de ese conjunto de fascistas ha pasado a otro estado. Yo sé que todos mis lectores son buen entendedores (y si no, que aprendan ya) porque deliberadamente evité poner nombre alguno.

Pero la cosa se calentará aún más, estamos en plena precampaña electoral de los comicios locales. Las formaciones a la izquierda del mayoritario ya casi a la gresca. En Granada ya sabemos que no habrá confluencia, y en el horizonte no tan lejano las elecciones generales y todas las posibles quinielas de un gobierno. La Ministra de Trabajo (seguramente el mejor valor del actual gobierno de coalición) intenta hacer una plataforma donde seamos más, pero el sector morado está que trina y parece incapaz de pasar página respecto al ex-vicepresidente del gobierno y su tutela sobre la formación. Y es que ser un politólogo reputado no garantiza ser un gobernante adecuado (toma pareado). Algunos nos lo olíamos, pero también sabíamos que las opciones eran las que eran. Pero el espectáculo es el de siempre y ya no hace gracia rememorar una vez más la famosa escena de La Vida de Brian.

Y para rematar está lo del emérito, después de robarnos a placer, vergüenza cero. Sobre esto mejor no me extiendo, que me va a salir una úlcera.

Por no terminar mi publicación en tono lúgubre, les presento a una amiga. Esta preciosa gatita me lleva visitando desde que me mudé a la Alquería del Fargue. Las visitas se han hecho regulares y diarias, porque me ha ganado el corazón y le pongo agua y comida. Sospecho que está embarazada. Inicialmente pensé era gato, y lo bautizé como Tom en honor al grupo Tomcats (ahí estaba Tom Newman, que luego fue productor de Mike Oldfield). Como resulta que es gata, pues al final la llamaré Sally por seguir rememorando a Miguelito Campoviejo.

Sally (Oldfield)

Y bueno,  ¡¡QUE ES VIERNES!!

lunes, 3 de abril de 2023

Programación, Espectáculo, Público y Crítica ¿Que está sucediendo en las salas de conciertos?

 

Jakub Józef Orlinski, en una imagen promocional

Esta entrada en la bitácora es no es una estricta crítica musical, más aprovecho la oportunidad de comentar un recital para hacer una serie de reflexiones que se desencadenaron en la charla posterior al mismo.

Hace meses que adquirí, por sugerencia de mi hijo, las entradas para el recital que Jakub Józef Orlinski ofrecía en el Teatro de la Maestranza en el marco del Festival de Música Antigua de Sevilla. No conocía yo al contratenor polaco (porque les confieso que yo no soy mucho de contratenores) pero me fiaba del criterio de mi hijo que dicho sea, ya terminó los estudios de Musicología. Acompañaba al cantante la formación Giardino d'Amore (en formato reducido) dirigidos por el violinista Stefan Plewniak. El programa, una selección de arias de Haendel y Vivaldi combinadas con conciertos del compositor veneciano.

El comienzo del concierto ya me puso un poco en alerta, la Sinfonía de L'Olimpiade de Vivaldi ya mostró los modos de hacer de la orquesta con un ímpetu bastante presente rayando la brusquedad. Y como es costumbre en el escenario sevillano, los primeros aplausos ya vinieron en tropel al finalizar la misma, en lo que habría de convertirse en la tónica de la velada, además de un sinfín de toses.

Tras esta introducción, retornó la formación a su tarea para introducir la primera aria de Haendel, A dispetto d’un volto ingrato (Tamerlano), y he aquí que Orlinski hizo presencia y se volvieron a desencadenar los aplausos mientras sonaba la música, así que ya me empecé a concienciar que ibamos a tener un recital de esos con mucho 'entusiasmo' por parte del incontenible público sevillano. Sí, lo siento, aqui tienen ustedes a un genuino malafollá granaíno.

Si la orquesta me había puesto en alerta al comienzo de la velada, he de decir que Orlinski me cautivó desde el primer momento en su quehacer vocal, y que el criterio de mi hijo había sido un acierto. Un dominio absoluto de su instrumento y bueno, bastante teatralidad en el escenario que bien es cierto acorde a las obras escogidas.

El contratenor Polaco iría apareciendo y desapareciendo de escena a lo largo del recital, así que a continuación Giardino d'Amore continuó el programa con dos movimientos del Concierto para violín, cuerda y continuo en mi menor RV 273, si bien en programa constaba que iba a ser un movimiento sólo para luego interpretarse el segundo tras otra aria. Y en ese momento, en la transición entre el Allegro y el Largo, mientras uno de los músicos se acercaba al atril para pasar hoja, volvieron -cómo no- los aplausos de los incontenibles.

El lector ya estará intuyendo que no lo pasé bien en el concierto, porque es más, durante ese Largo las toses que en otros momentos de mayor volumen sonoro estaban escondidas, volvieron a aparecer como champiñones nacientes a lo ancho y largo del Maestranza.

Y aprovecho aquí para una pausa del transcurrir de la velada. Hablemos de Programación: montar un programa con una selección de arias y entre medias trocitos de conciertos, que ni uno íntegro oigan. Un modo de deconstruir-construir, o mejor dicho, un producto orientado a un consumo bastante fácil ofrecido en envasado de supermercado, porque eso resultó al final el recital de esa noche.

En el resto de la primera parte Orlinski ofreció dos arias más de Haendel: Torna sol per un momento (Tolomeo, re d’Egitto) y Furibondo spira il vento (Partenope). Ambas impecables en la parte vocal y bastante aceptables en la orquestal. Giardino d'Amore ofreció otro movimiento suelto de un concierto vivaldiano y bueno, hasta esta primera parte yo estaba un poco esperando la orquesta encontrase 'su punto' pero aún no lo encontraba, los veía más a darse lucimiento en los tempos rápidos y con poco empaste en general.

En la pausa, encontré a mi amigo Fernándo López y junto con mi hijo intercambiamos algunas impresiones. A Fernando ya intuía yo que la orquesta no le había gustado nada, pero yo en ese momento estaba bastante más cabreado por la actitud del público, que oscilaba entre los aplausos incontenidos y el goteo de toses contínuo. Fernando quería fusilar a la orquesta y yo al público, pero ya salió un tema a la palestra: Espectáculo. De eso iba a ir la velada, de quien se lucía más y el producto envasado estaba pensado para eso.

Por lo general, las formaciones orquestales van mejorando conforme avanza el programa, y yo esperaba algo semejante esa noche. La segunda parte se inició con dos movimientos del Concierto para violín en re mayor RV 208 Il Grosso Mogul, pero no, lo que ocurrió es que Giardino d'Amore insistió en sus brusquedades y exhibicionismos (incluso desafinaciones), y en el Recitativo del concierto faltó sensualidad. Retornó Orlinski con Stille amare (Tolomeo, re d’Egitto) y nos dió un respiro aunque el polaco cada vez se mostraba más teatral.

Seguimos con otra 'pildora' de Vivaldi, el Concierto para violín en re mayor RV 222 del que se interpretó su Ciaccona. Aquí Stefan Plewniak enmendó un tanto las formas, y en algunos momentos extrajo un sonido bello de su instrumento, pero también con muchos elementos ad libitum y un innegable afán de exhibicionismo. Pareciese que el director y violinista no desease que el contratenor le restase una pizca de protagonismo.

Orlinski prosiguió con el compositor veneciano y su aria Sento in seno (Il Giustino), donde cantante y orquesta terminaron tumbados en el suelo al son del pizzicato de las cuerdas (menudo descanso, oigan...). Otro fragmento de concierto vivaldiano ya en plan desenfreno total... (y más falta de empaste, y más desafinaciones) y bueno, aplausos ya a nivel paroxismo total en cada pausa. Final apoteósico, palmas, oles...

Hablemos pues del público. Del público sevillano, que a estas alturas lo siento: insufrible. Y del público en general: vamos a darle música antigua en plan heavy metal que eso los pone, y cuanto más efecticismo mejor. Yo hay momentos en que lo confieso, me siento extraterrestre. Hasta mi hijo me miraba 'ojiplático'.

Terminó la velada como les digo, con una sucesión de bises (que bien podrían haber formado parte del programa, que de primeras resultaba un tanto escuálido respecto de la entrega del contratenor), aplausos, vítores, palabras y agradecimientos de Orlinski, etc, etc, etc...

En la cena, nos reunimos los asistentes y comentamos bastantes de estas cosas. Yo en general contento porque intentaba ver lo positivo, haber conocido y disfrutado de Orlinski, teníamos a Fernando ya echando chispas, mi hijo nos escuchaba y aportaba su opinión. Y hablamos/hablaremos de la Crítica, que pasa con la misma. En general la crítica en la prensa (y no digamos ya en los medios especializados que dependen de la publicidad de las discográficas) es autocomplaciente provocando vergüenza en algunos momentos. Mi hijo comentaba que en sus estudios de musicología el tema ya había sido tratado, y nos traía al caso como en el pasado no se andaban con chiquitas y si la cosa no era del agrado, ponían bien a caldo. 

Ni se trata de despellejar, pero tampoco de el nivel de peloteo que en la mayoría de las ocasiones nos tenemos que tragar y en lenguaje inflado y ampuloso. El problema es el antes también comentado, el público está por que le den dosis de dinámicas exageradas, tempos trepidantes y cuerdas friccionadas al borde de la rotura.

Les  dejo con dos ejemplos de crítica de este programa, uno desarrollado en el Palau de la Música y otro en del Teatro de la Maestranza, y obtengan sus conclusiones sobre lo que veniamos diciendo: Programación, Espectáculo, Público y Crítica ¿Pero qué COÑO está sucediendo en las salas de conciertos?