Siguiendo los pasos de mi buen amigo
Fernando López, acometo en estas líneas el reto de hacer una
crítica comparativa de una obra musical, tomando como referencia mi
fondo discográfico. Ya hace unas semanas os hice un adelanto de por
donde irían los tiros, con una de mis obra de Bach favoritas, los
Conciertos de Brandeburgo. El 19 de marzo me puse a escuchar y tomar
mis primeras notas. Espero que haya valido la pena una entrada tan
extensa, no sé cuando me sentiré con fuerzas para repetir algo de
esta índole. Son en total 8 versiones analizadas, divido el asunto en dos entradas distintas para facilitar su lectura, aquí van las 4 primeras.
Festival Strings Lucerne – Rudolf
Baumgartner (Archiv/DG - 1959-1960)
Grabación editada originalmente en la
filial Archiv del sello amarillo Deutsche Grammophon, y
que gran parte de los melómanos adquirimos en posteriores
reediciones económicas en la serie Privilege del mismo sello.
La formación de cámara suiza nos dejó un registro que aunque
huyendo del Bach “mastodóntico” que se ofrecía por esas fechas
está lastrado por un sonido excesivamente pastoso a los oídos del
melómano actual, pero con momentos interesantes. El clave del bajo
contínuo tiene en general una toma lejana o bien por el sonido del
instrumento, a finales de los 50 o tocaban con un Pleyel o con
réplicas aún no muy conseguidas.
En el Concierto Nº1 es de los que más
evidencian los defectos de las viejas grabaciones. El primer
movimiento el tempo es pesante, la sonoridad apelotonada donde no se
distinguen las trompas y todo con un notable legato y vibrato. El
adagio no está tan inflado en orquestación y se deja
escuchar mejor, el violinista desarrolla sus pasajes con expresividad
e indudables toques románticos. El siguiente allegro y
el menuetto mit polacca (más lento si cabe)
siguen faltos de cierta chispa aunque no están tan recargados como
el primer movimiento y en algún momento se aprecia la afinación
algo dispar en los violines.
El Concierto Nº2 es posiblemente el
mejor de esta vieja grabación, el diálogo entre los distintos
instrumentos fluido, la ornamentación sin alardes pero suficiente.
El único aderezo romántico se aprecia en el vibrato de algunos
pasajes, más en el segundo movimiento andante. El tempo en el
primer movimiento allegro y
el último allegro assai es casi idéntico y se habría
agradecido alguna diferenciación, pero bastante ágil en general. No
ha envejecido nada mal.
El Concierto Nº3 adolece de una
interpretación lenta en su primer allegro, no obstante hay
claridad en las distintas voces. La transición entre los dos
movimientos rápidos se resuelva con una brevísima coda de las
cuerdas y el bajo contínuo. El movimiento final allegro está
más acertado y los instantes solistas del violín son de un fraseo
elegante y sin cargas románticas excesivas.
El Concierto Nº4 suena bastante
desfasado a nuestros oídos actuales. El tempo de primer moviento
algo pesante, no obstante el equilibrio entre las distintas partes
está conseguido sin que haya un predominio de ningún instrumento.
El andante está contenido, suena romantizado pero sin que sea
un exceso y manteniendo el equilibrio instrumental. El presto
que cierra el concierto tiene algo más de chispa que el primer
movimiento aunque con los mismos reparos y un sonido algo
desagradable en algunos pasajes de las flautas de pico, a las que en
general se les va la mano con el vibrato. Rudolf Baumgartner en este
caso como violinista es lo más destacable de este concierto, con
unas intervenciones dotadas de expresividad.
El Concierto Nº5 comienza también con
un tempo correcto nada pesante y un diálogo claro entre los
instrumentos, el legato más patente que en otras versiones. El
clavecinista Ralph Kirkpatrick ofrece una lectura que no esta mal
para la época pese al sonido del instrumento, con un fraseo quizás
algo insuficiente. El affettuoso muy reposado y
algo melancólico, con algunos vibratos inherentes a la época del
registro. El allegro que concluye el conciertoestá más
conseguido que el resto de movimientos en su concepto general, con
más chispa, aquí se echa en falta que el sonido de un clave más
idóneo.
El Concierto Nº6 vuelve a mostrarnos
los defectos que apreciamos en el primero, tempos muy pesados en
todos los movimientos, que sumados a la sonoridad grave de por sí de
este concierto hacen que la lectura sea muy oscura. El adagio
ma non tanto es directamente un lamento de tristeza. El
allegro que concluye la obra en la misma línea de
pesante y poca claridad en las líneas melódicas.
Münchener Bach-Orchester - Karl
Richter (Archiv – 1967)
Richter, considerado durante años una
autoridad en las interpretaciones de Bach y hoy totalmente denostado
por los acérrimos del historicismo, dejó unas grabaciones con sus
luces y sus sombras, que en mi opinión son de obligado conocimiento
para entender cómo ha evolucionado la interpretación de esta
música, aunque no nos guste el resultado final. Al igual que el
anterior registro, con instrumentos modernos y una formación en
algunos instantes excesiva para esta música. Richter parece moverse
entre distintos conceptos y no termina de cuajar ninguno, tempos
acelerados que marcan diferencia con las interpretaciones de la época
pero sin embargo rígidos en exceso. Como anécdota citaré que
existe un registro anterior, de la segunda mitad de los años 50 bajo
la denominación “Karl Richter y su orquesta de cámara”, donde
se anticipan algunas características inherentes a su forma de entender estas obras.
El concierto Nº1 se inicia con un
primer movimiento de tempo bastante vivo que a buen seguro en su
momento sorprendió con respecto a las prácticas de la época, El
equilibrio instrumental es bastante bueno pero ya nos topamos con esa
rigidez que adelanté en las notas previas. El adagio tiene un
tempo bastante adecuado, fluye con más expresividad pero se
agradecería menos vibrato en las cuerdas. El bajo contínuo, de
sonido bastante pobre. El tercer movimiento allegro está más
atinado en concepto, con mayor claridad en las voces y un fraseo
menos pobre, pero el violìn ofrece un sonido sucio en algunos
momentos, es como que quiere ofrecer una paleta menos romantizada
pero no lo consigue. En el menuetto hay un cierto punto
de solemnidad que no está mal, pero el sonido es algo apelmazado en
las partes orquestales, el diálogo entre oboes y fagot del trío
muy cuidado, al igual que la posterior intervención trompa-oboe.
El concierto Nº2 tiene un primer y
tercer movimientos tocados con un apresuramiento que incluso desbanca
posteriores interpretaciones historicistas, pero sin gracia ninguna y
una trompeta absolutamente estridente, desvirtuando el concepto de
esta obra que NO es un concierto para trompeta solista. El andante
al menos da un respiro a semejantes atropellos pero no resulta
convincente, sólo se me ocurre un adjetivo al caso: “añejo”.
El concierto Nº3 comienza con un tempo
sorprendentemente vivaz y unas dinámicas muy contrastadas. El sonido
un tanto apelmazado, a lo que quizás contribuya la antiguedad del
registro. Una breve improvisación de Hedwig Bilgram al clave como
segundo movimiento nos lleva a al allegro final, menos
impetuoso que el movimiento de inicio. Aquí en la forma de
interpretar Richter se aproxima al historicismo y lo encuentro
interesante y en momentos muy disfrutable.
El Concierto Nº4 arranca en el primer
movimiento con un tempo muy correcto y un planteamiento muy adecuado
en cuanto al equilibrio de los distintos instrumentos, pero con un
fraseo bastante insulso por parte de las flautas que a veces muestran
un vibrato en algunas notas que no viene para nada al caso. El violín
cumple bastante decentemente. En el andante sobra volumen
sonoro en las cuerdas de tal modo que las entradas de flauta y violín
quedan a modo de “eco”, no obstante el tempo y el fraseo están
correctamente marcados. El presto final vuelve a recargar
bastante en las cuerdas, con un ritmo levemente marcado y tempo ágil.
De nuevo destacable la intervención del violinista Hansheinz
Scheneeberger.
El Concierto Nº5 inicia el primer
movimiento con un tempo ágil y sin estar excesivamente sobrecargado
en lo instrumental, no obstante ya desde los primeros compases
apreciamos dos problemas que lastrarán la interpretación. De una
parte el tempo es excesivamente rígido y llegará a resultar
machachón. De otra, el clave ofrede un sonido pobre y sin ningún
encanto y peor resultará cuando lleguemos al momento del pasaje
solista: Karl Richter acomete su interpretación de un modo
absolutamente mecánico y frío, sin ninguna concesión a detalles de
fraseo, como si de un ejercicio de mecanografía se tratase, es aquí
donde la rigidez del tempo llega a extremos insufribles. Como colofón
a este movimiento, el regreso de la orquesta tiene una entrada brusca
que pone más en evidencia lo ridículo que sonaba el clave. El
affettuoso no aporta nada nuevo donde podría
haber tenido de ocasión de haber algo de expresividad, suena
correcto respecto a no tener excesivos tintes romantizantes. El
último movimiento, si obviamos el problema del clave, resulta
salvable por el adecuado equilibrio instrumental y una mayor
expresividad en la interpretación. El violín y la flauta se
muestran bastante correctos en no introducir excesivos vibratos.
El Concierto Nº 6 ofrece un primer
movimiento de tempo ágil y con un sonido no recargado, hay claridad
en las distintas voces y buen equilibrio orquestal, pero una vez más
Richter pincha con la rigidez que dirige y la falta de riesgo
respecto al fraseo: todo suena seguido y con una tendencia a la
monotonía. El adagio ma non tanto resulta más
interesante, con una ornamentación contenida y más dotado de
expresividad, si bien aquí vuelve a quedar en evidencia el sonido
pobrísimo del clave del bajo contíno, allá perdido en el fondo y
no sabemos si están tocando alambres. El allegro, donde se
podŕia haber cerrado con un contraste, adolece de pesadez en el
tempo, lento y absolutamente rígido, con algunas acentuaciones
incomprensibles en los tutti. Los solistas no tienen reproche en mi
opinión, es el concepto.
English Chamber Orchestra –
Benjamin Britten (Decca – 1968)
Reciente descubrimiento para mí,
gracias a un amigo que tenía estos Lp's y me hizo una transferencia
de los mismos, que terminó siendo publicada en el Baúl y podeis
disfrutar. Britten, con instrumentos modernos, hace una lectura ágil
y con un sonido en absoluto pesado (parece ser que estaba al tanto de
las prácticas historicistas que ya empezaban a darse) favorecido
también por la excelente toma de sonido de Decca.
El Concierto Nº1 comienza con un tempo
ágil que marca importantes distancias con Rudolf Baumgartner, el
fraseo es limpio y el equilibrio de los distintos instrumentos
irreprochable, las trompas suenan pero no molestan como en otras
interpretaciones. El adagio está más tocado a la vieja
usanza, pero sin resultar excesivamente romantizado, el violín con
expresividad contenida. El allegro habría pedido un
poco más de brío, no obstante expone las mismas virtudes antes
descritas, el violín se queda un poco corto en algunos instantes,
como que podía haber arriesgado más, pero si que se cuida
especialmente su equilibrio respecto al oboe. En el
menuet-trío-polacca que cierra el concierto es
bastante soso y desmerece un poco con respecto al resto.
El concierto Nº2 comienza con un tempo
bastante tradicional, sin desmelenarse. El diálogo entre
instrumentos muy bien planteado y rico en detalles, la trompeta sin
excesos aunque con un sonido algo sucio en momentos. Hay un
planteamiento muy claro de planos sonoros para que todo el entramado
sea transparente. En el adagio el vibrato está
bastante presente, una interpretación melancólica que no me
desagrada en absoluto. El allegro final más vivaz y
podríamos definir como saltarín por detalles de la ornamentación y
el fraseo.
El concierto Nº3 es uno de los más
claro exponentes de esos tempos ágiles y de encarar fraseos limpios,
con unas dinámicas levemente marcadas y un vibrato muy contenido en
las cuerdas. El movimiento central improvisado en los violines sobre
el tema principal del allegro inicial da paso al tercer movimiento
donde el tempo transcurre levemente in acelerando con un fraseo de
los violines muy limpio. La coda final si tiene un ritardando un poco
romantizante, pero sorprendido me quedé al comparar este concierto
con versiones tanto tradicionales como historicistas.
El Concierto Nº4 tiene un
planteamiento que por momentos me resulta más galante que barroco,
dotado de un aire pastoral. Con unos tempos bastante moderados,
favoreciendo más los aspectos cantábiles de la partitura que los
concertantes, e impregnado de una patente melancolía en el andante.
En primera escucha me dejó un poco descolocado, pero luego engancha,
visión muy personal de Britten, desde luego no es un planteamiento
en absoluto historicista, pero aporta algo distinto a todas las demás
versiones.
El Concierto Nº5 arranca muy bien, con
un tempo bastante correcto, el fraseo del violín y la flauta con
poco legato y el diálogo entre ambos fluye con naturalidad. En
principio el clave va escuchándose agradable y con un fraseo y
ornamentación también acertados, no obstante cuando llega el
momento de desempeñar su papel como solista, adolece de una
interpretación un tanto “mecánica”. Las dinámicas del conjunto
estan muy cuidadas en este primer movimiento. El affettuoso
resulta más añejo, con momentos de excesivo vibrato en la flauta.
El allegro final está resuelto como el movimiento
inicial aunque el vibrato está más presente.
El Concierto Nº6 también comienza con
un tempo ligero, el sonido no es excesivamente pastoso para el
resultado que da esta obra con los instrumentos modernos, las
dinámicas cuidadas y un buen equilibrio instrumental. El adagio
tiene aires románticos pero sin llegar a amaneramientos, hay un
evidente vibrato que ya sabemos es habitual en esta época. El
allegro final adolece de un tempo pesante, no obstante
el diálogo entre instrumentos expuesto de forma nítida. Mejor en
general que la versión de Baumgartner.
The Leonhardt Consort - Gustav
Leonhardt (Seon - 1977)
Gustav Leonhardt, uno de los pioneros
del historicismo, ofrece con su conjunto una versión que en su
momento debió ser un soplo de aire fresco respecto a las prácticas
habituales. Con unos tempos ágiles y un sonido claramente
camerístico y tendente al estacatto, el registro sigue siendo muy
válido aunque en algunos momentos se echa en falta mejor técnica en
los intérpretes y mayor expresividad, además de una mejor toma de
sonido que habría favorecido estos registros.
El Concierto Nº1 ofrece una
transparencia en las voces y el sonido que marca claras distancias
con las interpretaciones con instrumentos modernos. El tempo del
primer movimiento es de una vivacidad moderada (curiosamente Karl
Richter en este caso va bastante más rápido). El conjunto de los
tres primeros movimientos ofrecen un suave contraste entre sí. El
adagio está planificado con un excelente equilibrio entre las
partes y un fraseo bellísimo. El tercer movimiento con un tempo muy
acertado y el violín muy expresivo y solvente. El menuet
es muy reposado, sorprende en este sentido respecto a muchas
interpretaciones historicistas, con un sonido ligero, y prestando
gran atención a los detalles de los diversos pasajes de los solitas
en el trío, notable la ejecución de la difícil trompa.
El Concierto Nº2 empieza con un tempo
bastante tranquilo, donde el buen equilibrio entre los distintos
instrumentos está presente. La trompeta de Claude Rippas funciona
bastante bien salvo alguna desafinación. En el adagio
la interpretación es limpia y sin apenas vibrato, con una
elegantísima intervención de Frans Brüggen en la flauta. El
allegro final también de tempo ágil pero sin excesos.
El Concierto Nº3 se desarrolla con un
poco más de chispa que los dos primeros. El primer movimiento ya
muestra un tiempo más vivaz que en los conciertos anteriores, sonido
más filoso en las cuerdas y unas dinámicas acentuadas, pero todo en
su dosis justa. Menudo soplo de aire fresco debió ser escuchar esto
en su momento. En el adagio el violín realiza una
breve cadenza para dar paso a un allegro tocado con gran ímpetu y
con una buena intervención de Sigiswald Kuijken en el violín
solista, ofreciendo pasajes vivaces, directos y de gran limpieza. El
bajo contínuo de Leonhard aunque esté en segundo plano,
perfectamente escuchable con todos sus detalles y fraseo.
El Concierto Nº4 comienza el allegro
con un tempo muy vivaz aunque no apresurado. Lo primero que destaca
en esta interpretación es el acentuado stacatto en las flautas con
una abundante ornamentación y con unas dinámicas bien resaltadas.
El equilibrio con los restantes instrumentos muy bien cuidado y el
violín muy expresivo aunque de sonido ligeramente áspero. En el
adagio las formas son menos intensas y se ejecuta con un
cierto legato. El siguiente allegro vuelve a retomar el
concepto inicial, con algunos apresuramientos pero muy solvente en lo
técnico y de una gran musicalidad.
El Concierto Nº5 se inicia en la misma
línea de tempo vivaz que el anterior. El primer movimiento ofrece
unas dinámicas marcadas con algunos momentos de ataques bruscos,
sonido con tendencia al stacatto y muy buena técnica en los
intérpretes en esta obra. Hay detalles interesantes en el fraseo de
los instrumentos en los compases previos a la entrada del solo del
clave, que es ejecutado con una gran destreza y expresividad, con un
tempo ajustado pero no rígido. De mis interpretes favoritos al
teclado. El affetuoso es excelente en la interacción entre
los instrumentos, ornamentación y fraseo irreprochables. El último
movimiento allegro sigue la línea del inicial en cuanto a
tempo y fraseos, con un perfecto equilibrio entre los instrumentos
cerrando una excelente versión de este concierto.
El Concierto Nº6 tiene puntos comunes
con la interpretación del primero de la colección. el primer
movimiento de tempo ágil, dinámicas y técnica de ejecución en
consonancia con los cambios de prácticas que suponen los conjuntos
con instrumentos originales: ausencia de legato y contrastes sonoros
más marcados. El adagio es una lectura donde se paladean los
compases, con abundancia de detalles de fraseo y abundante
expresividad, integración en el diálogo de los instrumentos y un
bajo contíno bastante presente. El siguiente allegro podría
haber tenido una mayor viveza, no obstante también es rico en
detalles y con marcados contrastes dinámicos y gana en expresividad
conforme progresa.
5 comentarios:
Fantastico y descomunal trabajo, Antonioo!!
Reconozco que tengo un poco aborrecidos, por demasiado escuchados, estos conciertos. Pero este excelente análisis me anima a repasar las versiones que tengo.
Reconozco que tengo un poco aborrecidos, por demasiado escuchados, estos conciertos. Pero este excelente análisis me anima a repasar las versiones que tengo.
Querido amigo Juanma, un honor verte aparecer por mi blog.
Y Jesús, tú que nunca me pierdes la pista :-)
¡Hola! Tus estupendas líneas me animaron a escuchar no solo las suites, sino también los Brandenburgo de Richter. Por fin he terminaod la audición. Tus reflexiones, con las que en líneas generales estoy de acuerdo, me han servido muchísimo para cohtrastar las ideas propias y para descubrir cosas en estas interpretaciones que, como bien dices, son desiguales pero albergan muchas cosas de interés. Así que muchísimas gracias por el esfuerzo, que ha perecido la pena. Un fuerte abrazo.
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