The English Concert – Trevor
Pinnock (Archiv – 1982)
Mis primeros Brandeburgueses con
criterios historicistas, con una toma sonora excelente, y pese a los
años transcurridos una grabación que no desmerece en absoluto y
muy recomendable de tener. Pinnock hace una lectura elegante y
equilibrada, con fraseos detallados y donde la música fluye sin
brusquedades. En conjunto me resultan los más “redondos” de las
versiones historicistas que poseo, y ha llovido… oigan.
En el Concierto Nº1 es donde más
diferencia apreciamos respecto a las viejas interpretaciones, el
primer movimiento arranca con gran viveza, equilibrio entre todos los
instrumentos, las difíciles trompas barrocas sonando perfectamente,
un fraseo detallado pero sin brusquedades. El adagio
transcurre con una enorme transparencia en todos los detalles, sin
vibratos ni añadiduras. El allegro más animado aún
ofreciendo un magnífico contraste antes de dar paso al menueto
donde los aires de danza se hacen mucho más presentes y con especial
atención en las dinámicas tanto progresivas como contrastantes. El
pasaje de las trompas sin ningún desajuste.
El Concierto Nº2 también
magníficamente resuelto, con un tempo muy preciso y ritmo marcado
sin excesos en el primer movimiento, un diálogo entre instrumentos
muy bien diferenciado y donde la trompeta sale airosa de sus
complicados pasajes. El movimiento central de una expresividad bien
planteada y marcando distancia con las interpretaciones
“tradicionales” donde se solían introducir vibratos excesivos.
El allegro final de nuevo es una lección de estilo
concertante entre los distintos instrumentos, sin que ninguno tome
protagonismo especial por encima de los demás.
En el Concierto Nº3 el allegro
tiene un ritmo vivaz y bastante marcado, dinámicas acentuadas
caracterizan la interpretación, todo en un equilibrio que pretende
ofrecer una versión ágil y con detalles ricos. El segundo
movimiento o cadenza es brevemente improvisado por el violín, donde
tal vez podría haber profundizado más. El allegro con el que
concluye el concierto es incluso algo más atrevido que el primero,
pero no hay pérdida en la expresión y los pasajes del violín son
de excelente factura tanto en lo técnico como en lo expresivo. Tal
vez este concierto Nº3 sea el de interpretación más “rupturista”
respecto a las prácticas “tradicionales”.
El Concierto Nº4 ofrece un primer
movimiento de tempo vivaz y ritmo bastante marcado con por los
ataques de las cuerdas, el fraseo totalmente distante de los legatos
de las interpretaciones tradicionales y por momentos parece que
escuchemos una danza. El adagio es de gran expresividad
y ausente de edulcoramientos, muy correcto, donde quizás eche en
falta un poco de atrevimiento con la ornamentación. El allegro
final tiene un tempo más rápido y con un empaste sonoro redondo y
un violín solista que arriesga en los pasajes solistas y convence
totalmente. De mis versiones favoritas.
El Concierto Nº5 marca un contraste
con un primer movimiento de tempo aún más rápido, desde el
comienzo podemos comprobar que Trevor Pinnock va desarrollando el
papel del clavecín con gran soltura y con ornamentación adecuada, y
llegado el momento del solo de tecla no resulta en absoluto
atropellado, hay gran riqueza en el fraseo y el tempo no es rígido.
El resto del conjunto suena en perfecto equilibrio. El affetuoso
está tocado con gran elegancia, sin vibratos innecesarios en el
violín y la flauta, donde el clave de Pinnock y su excelente sonido
en el que el discurso de ambas manos se aprecia bien diferenciado. El
allegro final es un poco más calmado que el primero
del concierto, con el ritmo marcado que evoca aires de danza y los
pasajes de diálogo del clave con los demás instrumentos en perfecto
equilibrio.
El Concierto Nº6 inicia el allegro
en la misma línea de tempos rápidos y marcados, el fraseo de las
cuerdas es muy rico en detalles y luminoso, el sonido “potente”
pero no recargado, recordemos que esta obra se resiente mucho en las
interpretaciones romantizadas. El adagio marca un fuerte
contraste con el primer movimiento, siendo muy pausado, reflexivo y
casi dramático en su desarrollo. El allegro final regresa a
los bríos, con un diálogo entre los distintos instrumentos fluido,
las dinámicas con alguna brusquedad puntual.
The Academy of St.
Martin-in-the-Fields – Neville Marriner (EMI – 1985)
De nuevo retomo una grabación con
instrumentos modernos, para muchos un anacronismo hacer esto a partir
de los años 80', no obstante tanto la “Academia” como Marriner
son intérpretes que durante muchos años tuvieron un público
barrocófilo fiel y tiene interés conocer su versión. Concepciones
bastante más luminosas que las de Rudolf Baumgartner e
indudablemente más acertadas que las de Karl Richter. Muy buena toma
de sonido en digital.
El Concierto Nº1 empieza muy bien, el
allegro inicial con el tempo nada pesado y con un
planteamiento que recuerda bastante a la versión de Britten, pero
más luminosa. Hay una leve tendencia al stacatto y buen equilibrio
instrumental. El adagio suena más tradicional, pero sin merma
en la expresividad y sin romantizaciones innecesarias, salvo algunos
instantes de vibrato en el violín. El siguiente allegro en la
misma línea que el primer movimiento, con un tempo ligero y con unos
solistas muy solventes. El menuetto con una orquestación nada
sobrecargada, tocado con elegancia sin la tendencia al exceso de
solemnidad de otras versiones tradicionales, en el trío hay
detalles interesantes en el fraseo y la ornamentación del oboe,
misma contención orquestal en el desarrolla de la polonesa.
El concierto Nº2 comienzo con un
primer movimiento de tempo vivaz, con unos fraseos detallados y con
un diálogo entre instrumentos bien planteados, tal vez la trompeta
debería haber estado un poco más moderada, pero para nada llega al
exceso de la versión de Karl Richter. El andante pese a un
poco de exceso en los vibratos suena limpio, los solistas igualmente
en un diálogo equilibrado y expresivo con un clave bordado en el
bajo contínuo. El allegro assai es una delicia en cuanto a
tempo, algo más animoso incluso que el primer movimiento, pero aquí
la trompeta se pasa de protagonismo.
En el Concierto Nº3 unos tempos
bastante tranquilos (sorprende el contraste con Karl Richter) definen
el transcurso de la interpretación, el ritmo está levemente marcado
en el primer movimiento, y sin dejar de ser disfrutable en el último
allegro se habría agradecido un poco más de brio, quedando
un tanto próximo a prácticas desfasadas. El segundo movimiento
adagio que sirve de transición se resuelve con una
improvisación de George Malcolm al clave muy acertada, aunque no tan
extensa como la que ofrecerá Ton Koopman más adelante.
El Concierto Nº4 tiene un primer
movimiento con un tempo ágil y sin excesos, con suficiente
expresividad en los instrumentos solistas y un fraseo suficientemente
rico, las flautas prescinden de vibratos innecesarios y la
ornamentación está contenida, desempeñando un papel muy destacable
en el transcurso de toda la obra. El andante transcurre como
un remanso de paz, donde la música fluye pese al notable legato. Sí,
es una versión “tradicional” pero muy destacable. El presto
sigue el mismo planteamiento que el primer movimiento, con un violín
solista que resuelve los pasajes son precisión y limpieza, y
detalles interesantes en el bajo contínuo, si bien la parte
orquestal se aprecia más recargada.
El Concierto Nº5 tiene un primer
movimiento con un tempo ligeramente lento, tendiendo a las
interpretaciones tradicionales, no obstante hay gran claridad en las
voces de las distintas partes y un los diálogos entres solistas
previos a la cadenza fluyen con naturalidad y riqueza en el fraseo.
El pasaje del clavecinista George Malcolm, sin llegar al virtuosismo
de un Trevor Pinnock o Ton Koopman es muy solvente y de notable
expresividad, a años luz de Karl Richter, la transicion del final de
la cadenza a la vuelta de la entrada de la orquesta, muy notable. El
affettuoso continúa en esta linea de
expresividad y buen gusto en los fraseos y ornamentaciones de los
solistas, pese a algún instante de vibratos desatados. El allegro
último es un excelente cierre al mismo, al ofrecer un tempo más
vivaz y repetirse las virtudes que antes describí, el sonido de la
Academy of-st-Martin, característico por su claridad aunque utilicen
instrumentos modernos y Marriner ofreciendo un criterio muy coherente
a lo largo de los distintos conciertos de esta colección.
El Concierto Nº6 en su primer
movimiento muestra un sonido bastante camerístico, en absoluto
recargado y con un tempo ligero, el equilibrio instrumental adecuado
y el fraseo de los solistas muy limpio. El adagio ma non
tanto, bastante lento, sorprende por el uso de un órgano
positivo en el bajo contínuo, tocado con gran expresividad y dotado
de un aire de melancolía, destila pura belleza. En este caso si
puedo afirmar que sería una apuesta por una línea interpretativa
romantizada pero sin los defectos de otras versiones. El allegro
no se desmarca de esta línea de tempo y sí queda algo soso, habría
sido de agradecer un contraste mayor, no obstante tampoco hay
sobrecarga instrumental en los pasajes de tutti y el fraseo y
equilibrio instrumental estan muy cuidados, salvo el clave del bajo
contínuo excesivamente lejano y es una pena porque hay detalles
interesantes en su ejecución.
The Amsterdam Baroque Orchestra –
Ton Koopman (Erato – 1985)
Tanto formación como director son
indiscutibles referencias en la interpretación de la música de Bach
con criterios historicistas, tratándose de un registro a tener en
cuenta aunque con sus pros y contras. Mi impresión es que no quedó
suficientemente “pulido”. En general los tempos son rápidos y en
las dinámicas hay tendencia a ciertas brusquedades, como es de
suponer, la intervención de Koopman al teclado no pasa
desapercibida.
El Concierto Nº1 comienza con un
allegro de tempo vivaz pero no desbocado, con un sonido
musculoso y dotado de fuerza, el equilibrio orquestal muy acertado,
las trompas sin estridencias. El adagio es pausado, dotado de
gran expresividad y con un desempeño excelente en los solistas, la
coda final ejecutada con gran delicadeza y un cierto ritardando. El
tercer movimiento allegro con un tempo similar al primero,
pero aquí el papel del violín podría haber destacado más, está
un poco en segundo plano y la ejecución no es segura al 100%. En el
menuet el tempo y el fraseo están muy acertados, con un
cierto aire galante, las dinámicas aunque contenidas ofrecen algunos
contrastes. Los pasajes solistas del trío tocados con gran
pulcritud. En la polacca el tempo es más vivaz y la
instrumentación suela ligera. La posterior intervención de las
trompas, muy precisa y sin fallos.
El Concierto Nº2 sorprende en varios
aspectos, de una parte, que los movimientos inicial y final sean
allegros tan moderados en manos de Koopman, pero puede tener cierta
lógica: estamos ante la peor ejecución de una trompeta barroca que
jamás he podido escuchar. Desafinaciones por doquier e incapacidad
de mantener un sonido mínimamente estable, lamentable, la cosa llega
a contagiar a las cuerdas en el tercer movimiento donde incluso se
observan desajustes en las distintas partes del conjunto. Lo escuchas
y te preguntas ¿cómo terminó quedando esto puesto en disco?. No
olviden este nombre: Crispian Steele Perkins es el autor de
“concerticidio”. Como contrapunto, he de decir que el andante
(donde el susodicho no interviene afortunadamente) es hermosísimo,
limpio de vibratos, lleno de detalles y con algunas ornamentaciones
que no escucho en otras interpretaciones. Un enigma ciertamente.
El Concierto Nº3 comienza el primer
movimiento en la línea de Pinnock en cuanto a tempo ágil y
dinámicas acentuadas. El segundo movimiento adagio se ejecuja
una cadenza más extensa que en resto de las interpretaciones
historicistas conKoopman improvisando al clave con abundante
ornamentación (se agradece llenar este movimiento con contenido y no
con una mera transición). En el allegro Koopman ofrece
un tempo más rápido que Pinnock, ofreciendo una resolución muy
vivaz y con alguna brusquedad en las dinámicas que son marca de la
casa. El conjunto del concierto ofrece unos contrastes interesantes y
es bastante “redondo”.
El Concierto Nº4 ofrece una
interpretación excelente, con unos tempos vivos en el allegro
y en último movimiento presto pero sin llegar al
apresuramiento, un diálogo equilibrado entre los instrumentos y un
fraseo exquisito por parte de Monica Hugget al violín. El clave de
Ton Koopman muy presente en el bajo contínuo con abundantes
ornamentaciones, especialmente en el presto que concluye el
concieto. El andante es expresivo sin caer en lo empalagoso,
como en la versión de Pinnock echo en falta un poco de atrevimiento
en las flautas respecto a la ornamentación.
El Concierto Nº5 es el que más
espectativas me causaba cuando adquirí esta versión. En el allegro
el tempo es bastante ágil sin atropellos inicialmente en la parte
orquestal, que suena muy equilibrada y sin brusquedades, desde el
comienzo el clave de Koopman está muy presente, y llegado al solo
toca con aún más profusión de ornamentación y con una cierta
tendencia a la precipitación, algo característico de este músico,
pero no es un toque de corrido y sin fraseo, eso está muy cuidado.
El affetuoso es interpretado con gran delicadeza, a un tempo
bastante lento, el fraseo del clave es muy detallado y sigue habiendo
tendencia a cierta sobrecarga en la ornamentación, violín y flauta
cumplen su papel con gran expresividad. El allegro final es
algo más tranquilo que el del comienzo, no hay sobresaltos, el
fraseo de la flauta y el violín son muy acertados y ofrecen una
lectura ligera y rica en detalles a la par a la que acompaña el
clave con un gran protagonismo como era de esperar en esta obra. Esta
versión del Concierto Nº5 es muy destacable, si bien algunos
excesos no hacen que sea mi favorita.
El Concierto Nº6 comienza el allegro
moderato con bastante brío, un tempo no excesivamente rápido
pero más destacable el uso de las dinámicas acentuando las frases,
lo que hace que en algún momento el conjunto suene un poco
recargado, y en este caso el papel del clave es muy discreto en el
bajo contínuo. El adagio ma non tanto es muy expresivo y
equilibrado, en este caso se pueden apreciar más ornamentaciones
tanto en las violas como en el clave. El allegro que cierra el
concierto sigue en una línea de tempo bastante moderado, un sonido
musculoso en las cuerdas y el clave más presente que en los
movimientos anteriores.
Il Giardino Armonico – Giovanni
Antonini (Teldec – 1997)
Alrededor de esta formación hay amores
y odios encontrados. Interpretaciones “cañeras”, con dinámicas
muy acusadas y tempos en ocasiones vertiginosos, desde luego no dejan
indiferentes. Músicos de gran talla y solvencia técnica. Tuve el
placer de escucharles en la última edición del Festival de Música
Antigua de Úbeda y Baeza, donde comprobé que han moderado sus
formas respecto a sus primeros años. La toma sonora de Teldec,
excelente en detalles e imagen estereofónica. Es interesante conocer
una “visión italiana” de esta obra.
Comienzo francamente precipitado y
desafortunado para el Concierto Nº1, con unas trompas estridentes
que no dejarán de estar excesivamente presentes. El resto del
conjunto suena bastante bien, con tendencia a dinámicas extremas en
algunos momentos, curiosamente en la coda final de este movimiento el
tempo cae en picado en un extraño ritardando. El adagio toma
un rumbo mucho más acertado, con una intervención de los solistas
plena de expresividad y que sorprende en algunos instantes con
presencia de algún que otro vibrato, entre todos ellos hay que
destacar al oboe en su intervención. El tercer movimiento allegro
nos devuelve de golpe a las brusquedades tanto por el tempo, como por
un stacatto exageradísimo y de nuevo las trompas como elefante en
una cacharería. No consigo sintonizar con esta forma de concebir la
obra y me resulta francamente irritante. El menuet parece más
una marcha militar, más de lo mismo, solo hay respiro en el trío.
Versión bastante trepidante del
Concierto Nº2, especialmente en el primer movimiento que me resulta
un poco atropellado, donde las dinámicas contrastadas habituales en
la formación se hacen notar. No obstante la intervención de los
solistas es impecable, de gran virtuosismo y precisión y de nota en
el caso de la trompeta que no pierde la compostura. El adagio
sin embargo marca un tempo muy ajustado y elegante, resultando una
delicia por la magnífica intervención de los distintos instrumentos
que suenan sencillamente perfectos. El allegro final
retoma los bríos aunque algo más contenidos, la entrada de trompeta
impecable al igual que sus acompañantes, aún así todo es como una
fanfarria de celebración llena de alegría.
El Concierto Nº3 comienza algo más
relajado en tempo, con unas dinámicas marcadísimas en las cuerdas
en general y de nujevo con tendencia al stacatto. El adagio
se improvisa brevemente sobre el violín solista para montarnos
directamente en la locomotora del allegro que cierra la
obra, podemos decir sin rodeos tocado a toda pastilla (no sé donde
estará el límite de estos músicos), aunque no se pierde detalle
alguno. En cuanto a las dinámicas y la forma de tocar, aquí viene
como anillo al dedo el adjetivo “cañeros”. ¿Sonaría Bach así
en su momento? Albergo dudas, pero es muy disfrutable. La conclusión
del último movimiento no hace concesiones a ritardandos ni
calderones.
El Concierto Nº4 en su primer
movimiento vuelve a mostrar alguna de las brusquedades ya descritas.
El tempo no resulta tan acelerado como en otros y es bastante
flexible, el diálogo entre las flautas muy juguetón con abundantes
ornamentaciones y la intervención de Enrico Onofri al violín de
gran virtuosismo. En todo su transcurso hay numerosos juegos con las
dinámicas. El adagio muy equilibrado, sorprenden como se
moderan estos músicos en los movimientos lentos, tocado con gran
elegancia y abundancia de detalles en el fraseo. El allegro
que concluye el concierto en este caso no se desmelena en exceso,
tanto las flautas como el violín hay gran destreza y una apuesta
arriesgada con mucha imaginación en la ornamentación y el fraseo.
En el instante de redactar estas notas, este cuarto concierto me ha
resultado el de concepto más equilibrado de los escuchados a esta
formación.
El Concierto Nº5 abre con un allegro
de tempo muy vivaz y desde el comienzo apreciamos que en la toma de
sonido ya se le está otorgando gran protagonismo al clave. Algunas
brusquedades en la dinámica de la orquesta pudieran justificar esta
decisión del técnico de sonido, para que el clave no quede oculto.
En la ejecución de Michele Barci se aprecian algunas ornamentaciones
hasta ahora desconocidas para mí y algunos pasajes que suenan
excesivamente “de corrido”. En su intervención ya como solista
se toma numerosas libertades con el tempo y el fraseo que me
desconciertan. Creo que entre la rigidez de un Karl Richter y estos
atrevimientos estaría la virtud. El affettuoso como ya
venimos encontrando en esta grabación de los conciertos, está
interpretado con más delicadeza y sin excesos, donde podemos
apreciar la enorme solvencia de los intérpretes y la sensibilidad
que pueden ofrecer cuando quieren. El allegro en esta ocasión
tiene un tempo bastante contenido y las dináminas no están tan
acentuadas. El clave sigue siendo atrevido en lo relativo a
ornamentación, la flauta de fraseo muy limpio y con tendencia al
stacatto, el equilibrio orquestal muy acertado.
El Concierto Nº6 nos vuelve a estos
primeros movimientos tocados con gran celeridad y en este caso hasta
resulta machacón. Hay detalles interesantes en la ejecución del
bajo contínuo, con la presencia de laúd de Luca Pianca y desde
luego no se puede poner objeción alguna a la destreza de las violas.
En el adagio ma non tanto el fraseo es mucho más interesante
y el papel del laúd sigue destacando en el bajo contínuo, más al
comienzo incluso que el clave. La progresión de este movimiento va
ganando en expresividad a lo largo de sus compases, y curiosamente se
cierra con un notable ritardando. El allegro que cierra
el concierto es bastante más contenido en el tempo y mantiene las
excelencias de fraseo y matices que tuvimos en el movimiento
anterior, algunas dinámicas están resaltadas pero sin ser
excesivas. Resumiendo versión muy interesante de este concierto
salvo el comienzo tan trepidante.
1 comentario:
Otro excelente análisis.
Desde luego que dan ganas de escuchar cada versión.
Gran trabajo Antonio!!
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