La publicación elpasado 30 de junio en el diario Ideal de Granada por parte del ‘crítico musical’ Andrés Molinari acerca del concierto ofrecido por Juan María Pedrero en el Órgano de la Iglesia de Nuestro Salvador no es la primera que me deja estupefacto y causa sonrojo por la manifiesta falta de conocimiento del órgano y su música de quien se dedica a rellenar líneas de este diario de forma bastante gratuita.
Podríamos hacer una recopilación al respecto, la hemeroteca está ahí, pero voy a centrarme en el despropósito en cuestión.
Para empezar casi dos tercios del artículo hablan de generalidades que el melómano granadino ya conoce bien, son muchos años de Festival, Semanas de Órgano, Academias de Órgano… y la crítica en sí se queda eso, en unas cuantas líneas, lo que ya evidencia que poco se entendió y/o disfrutó del recital.
De esa primera extensa y prescindible introducción la pifia más destacable va en relación a los órganos granadinos: “Otros precisan muchísimo atención o su reconstrucción total, como el de San José o Santa María de la Alhambra”. Si nos ponemos así, y al menos el crítico se hubiera dado un repasito al Catálogo de Órganos de la Provincia de Granada, sabría que bastante más interés tiene el órgano de la Iglesia Imperial de San Matías (que tiene muchas trazas de proceder de la denominada ‘Escuela Bosch’) para ser restaurado que el de la Iglesia de San José, y también ya puestos, que en Santa María de la Alhambra no existe ningún órgano que reconstruir. NO, el proyecto que está sobre la mesa es instalar en dicho templo el órgano procedente del Convento de Ntra. Sra. de los Ángeles (actualmente desmontado y guardado), un instrumento muy transformado en su devenir histórico que requerirá tomar decisiones complicadas para su puesta en marcha. Al menos que el Sr. Molinari se informe bien.
El siguiente desliz viene en este párrafo “Aunque ciertamente el techo de hormigón de la iglesia, y no de madera como era el mudéjar de antes de la guerra, añade cierta aspereza a algunos acordes y sequedad a las reverberaciones”. Esto es no tener idea alguna de sonido y acústica, y aquí no puedo evitar referir que llevo grabando la Academia Internacional de Órgano desde el año 2004, y he tenido que hacer numerosas correcciones y mejoras progresivas en lo relativo a la colocación de los micrófonos. Sr. Molinari: aspereza/sequedad y reverberación son términos contrapuestos. La Iglesia de Nuestro Salvador tiene un generoso tiempo de reverberación, andará por 7 segundos. Esto hace que precisamente el órgano suene más bien borroso que seco (el extremo que usted refiere es lo que sucede en el Auditorio Manuel de Falla). Esa frase de “sequedad a las reverberaciones” es en sí un absoluto disparate, y apostillo, una pamplina para rellenar espacio.
Nuestro estimado crítico tiene problemas en recordar el nombre del organista, y no es la primera vez que sucede, de primeras ‘José María’ y luego ‘Juan María’. Algo tendrá que ver también la parte de revisión de artículos del Ideal, que podrían haberse dado cuenta. Pero vamos a este párrafo de la crítica que no tiene desperdicio: “Con la notable falta de la escuela hispana, abrió con el gran Buxtehude, siguió con la gracia versallesca del francés Couperin, descubrió el casi desconocido Böhm, se mostró conservador con la sonata de Mendelssohn y sorprendió a todos con las piezas de Alain, incluso a los que dimitían del concierto por hartazgo o incomprensión.”
Esto merece ser desglosado:
1. Respecto a ‘notable falta de escuela hispana’. Hacer constar que si bien el órgano de Ntro. Salvador cumple perfectamente para interpretar esa música, tanto por su diapasón como temperamento el repertorio escogido era más acorde. Hay otros órganos en Granada que son los idóneos para interpretar a Cabezón, Correa, Bruna… por poner ejemplos. Pero es que además el programa giró alrededor de una ‘temática estilística’ donde precisamente la música ibérica no termina de encajar. Cuestiones de escuelas y estilos. Y de leerse las notas del programa digo yo… más que de quejarse de si ahora el papel que se usa es de peor calidad… por Dios un poquito de seriedad.
2. Hablar de ‘el casi desconocido Böhm’ pone bien en evidencia la falta de conocimiento de la música de órgano por parte del crítico. Es que ni merece extenderse… ¿pensará el Sr. Molinari que antes de Bach no había grandes compositores para órgano en el centro y norte de Europa?
3. ‘Conservador con Mendelssohn’ ¿que quiere decir con esto? A ver… la música de órgano de Mendelssohn podríamos decir que es ‘conservadora’ per sé. Mendelssohn admira y homenajea a Bach. ¿Que debería haber aportado la interpretación en este caso? Me corroen las dudas, no voy a pegar ojo.
4. Que a estas alturas de lo que han sonado los órganos granadinos digamos ‘sorprender con Alain’ e insinuar que hubo gente que se levantó de los asientos por interpretar repertorio del ya pasado siglo XX vuelve a poner negro sobre blanco. Jehan Alain fue tocado en este mismo espacio por su hermana, la excelente organista francesa Marie-Claire Alain, a quien tuve el honor de grabar también. Y lo que ocurre en el Salvador, es que los asientos son de una incomodidad poco sobrellevable, y es frecuente se levanten antes de finalizar el concierto varias personas, sobre todo mayores (que es lo que sucedió).
Otra
cita textual que vino después y no está exenta de perlas: “Juan
María Pedrero es un organista correcto, buen lector de partituras y
amante de la teatralidad. Una entrada en falso y un par de sonidos
espurios en nada aminoran su valía. Se esmera en los vibratos, en
las melodías superpuestas y, sobre todo, en los largos finales
agrandando calderones. Tal organista para tal instrumento”. Me extiendo:
1. Hablar de organista correcto y buen lector de partituras demuestra lo poco que conoce el crítico la trayectoria profesional de Juan María Pedrero. Lo de ‘teatralidad’ daría para una discusión aparte que ahora no procede, pero pongamos que por ejemplo en el programa la presencia de Couperin ya es algo que marca evidencias. O las relaciones con el Stylus Phantasticus de las obras de Buxtehude y Bach ¿Me siguen?
2. ‘Esmerarse en los vibratos’ ¿desde cuando el órgano tiene vibrato?… lo que tiene el ‘teclado de órgano mayor’ del Salvador, es un ‘trémolo’ que se activa con una pisa próxima al pedalero. El instrumento hace sonar el trémolo tal como lo diseñó el constructor, no depende del organista que lo toque. Es que he estudiado un par de años en ese órgano, Sr. Molinari, no es por nada…
3. ‘Agrandando calderones’… ¿Tenía el Sr. Molinari las partituras en mano? ¿De verdad conoce las obras que se interpretaron? O más bien ¿la reverberación le confunde?.
Es penoso que alguien así cubra la crítica musical en Granada, ya no lo digo por el órgano en sí, sino por la música en general y en relación al Festival Internacional de Música y Danza, mereceríamos algo mejor.
Yo hago estas cosas en mi blog personal, no en prensa escrita, lo cual me disculpa un poco si meto la gamba. Y son mis opiniones: como los culos, todos tenemos uno.
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