jueves, 13 de enero de 2022

La lamentable situación de la música en RNE


Me motivan escribir estas líneas a modo de reflexión y de protesta por los acontecimientos que estamos presenciando en Radio 3, una de mis emisoras de cabecera durante años. Y se presta a tratar también sobre Radio Clásica, pues no deja de haber vasos comunicantes en esta cuestión.

La aplicación del III Convenio de la Corporación de RTVE aprobado en octubre de 2020 ha supuesto la jubilación forzosa de un notable número de profesionales, unos en antena y otros no, a la par que la desaparición de importantes programas de la parrilla de Radio 3, aquí los afectados hasta el momento:

  • Disco Grande (Julio Ruiz)

  • Discópolis y Discópolis Jazz (José Miguel López)

  • El Séptimo Vicio (Javier Tolentino)

  • Toma Uno (Manolo Fernández)

  • Mundo Babel (Juan Pablo Silvestre)

  • Parte de Sonideros (D.J. Floro)

Programas todos ellos con un prestigio ganado a pulso durante años (algunos décadas) y una audiencia fiel, cada uno en su estilo. Los motivos de este proceder son cuestionables y  las formas mucho más, cuando los afectados han tenido muy poco tiempo para despedirse o ninguno como en el caso de Juan Pablo Silvestre. Caso aparte constituye Siglo XXI, programa que dejó la parrilla en virtud de un curioso harakiri que su director Tomás Fernando Flores ejecutó para vendernos la moto de renovación y nuevos aires. Evidentemente él no se jubila, sigue de director de la emisora y es el responsable de lo que está aconteciendo: un borrón y cuenta nueva en la parrilla.

No es la primera vez que Radio 3  desprecia alguno de sus programas señeros o maltrata a sus profesionales (algunas salidas como la de Ramón Trecet en 2008, conductor de Diálogos 3, dejaron un triste recuerdo, la de Diego A. Manrique en 2010, conductor de El Ambigú, o la de Javier Gallego en 2012, conductor de Carne Cruda, con un claro trasfondo político) o persigue reducir costes por la trocha de en medio (porque aquí lo que está en el trasfondo es la pela aunque bien se dilapila en los cargos directivos) tomando decisiones poco acertadas como en 2006, que secundó una  polémica política de prejubilaciones incentivadas (en ese ERE salieron Jesús Ordovás, José Maria Rey, Carlos Pina, Iñaki Peña…) que finalmente ha sido muy costosa para las arcas públicas y objeto de bastantes procesos judiciales. Estas cuestiones están abordadas con mayor o menor fortuna en los medios de prensa, unos plantean dudas sobre el criterio seguido, otros hacen hincapié en supuestas rencillas y envidias entre los distintos trabajadores… hay de todo pero en general bastante superficial. Al final os dejo unos cuantos enlaces.

Personalmente quiero incidir en las consecuencias para los oyentes, que hemos perdido y mucho. Esta ‘involución cultural’ se ha plasmado en una vuelta de calcetín para la programación, que a decir verdad se ha empobrecido notablemente, también me genera dudas si en el futuro habrá precarización de la plantilla y se empezará a usar el sistema de subcontratación con productoras externas. Con la excusa de captar a la audiencia joven (que en general no es muy radiofónica, está volcada en el streaming) la emisora se ha escorado claramente a la radiofórmula, a las modas imperantes, y es más, ha dejado de ser multigeneracional, a los babyboom nos ha dado la patada en el culo, tal cual.

Hay géneros musicales casi desaparecidos de la parrilla de Radio 3: los ritmos étnicos, el rock progresivo, el jazz o los cantautores… (alguno de ellos se cuelan puntualmente en programas que perduran, como Cuando los Elefantes Sueñan con la Música, o Saltamontes). Incluso hablar de rock en general es aventurado, aunque El Sótano sobrevive en medio de esta escabechina. Se dió un caso curioso cuando dejó de emitirse Discópolis, el programa Plan de Fuga que le sucedió tuvo una existencia… fugaz, a Santiago Bustamante le utilizaron para simplemente cubrir un hueco hasta que se dió el golpe definitivo a la programación. Queda patente el proceder retorcido de Tomás Fernando Flores. Ahora podemos morirnos de aburrimiento en la franja principal con Generación Ya.

Es escandaloso que los intercambios con la Unión Europea de Radiotelevisión se hayan reducido a contados conciertos de pop-rock. Proyectos comunes como el de Villancicos Europeos, Día de los Gitanos, Premio Stracina de Folclore, Cantos de Primavera y Semana Santa…etc han desaparecido. Lo más horroroso ha sido el abandono de la presencia española en el Euroradio Folk Festival, donde RNE-Radio 3 llevaba participando desde 1980, y la consiguiente falta de promoción de nuestros artistas folk. De la misma forma se han suprimido todos los intercambios con los festivales de jazz europeos que habían sido profusamente difundidos anteriormente; con la NPR norteamericana, con la JPK de Japón etcétera etcétera.

Como remate de todo esto, la plataforma RTVE A la Carta ha sido sustituida por otra de aspecto más mono, RTVE Play, pero bastante inoperativa, donde la búsqueda en archivos es toda una tortura y lo que prima es el momento. En la misma además se publicita constantemente una consulta llamada La Gran Encuesta que es de todo menos grande, un formulario de preguntas genéricas que para nada permiten evaluar la opinión de los oyentes. Esta Gran Encuesta ha tenido además presencia física en algunas ciudades, y sé de personas que han querido dejar constancia de sus quejas por los cambios realizados y han sido despachados al cauce on-line. Todo muy quedar bien pero la opinión de la audiencia les importa realmente un pepino.

Si lo que pretendían con la liquidación de la programación de Radio 3 era mejorar sus índices de audiencia, por el momento los datos apuntan en un sentido opuesto, hay un claro descenso para Radio 3 y curiosamente ha subido para Radio Clásica. Es más que posible que muchos oyentes de la primera hayan terminado en la segunda, no veo yo motivos que mejoren los índices de Radio Clásica. Y es más ¿la radio pública ha de buscar como único objetivo la mejora de índices de audiencia?. ¿La variedad y calidad donde quedan?

Esto nos enfrenta a otra cuestión más escurridiza que afecta a ambas emisoras ¿qué contenidos habrían de corresponder a cada una?. Ya hace tiempo que el jazz y el flamenco ocupan un sitio en Radio Clásica, y yo entiendo que ambos géneros han trascendido de época y se pueden enmarcar en su programación, aunque para gustos hay colores. Que el jazz esté prácticamente desaparecido de Radio 3 apuntaría a una redefinición de estilos y que el mismo ya no se considere parte de la música popular, o que no le cuadre a esta nueva orientación generacional.  ¿Acaso el jazz es cosa de viejos? Lo curioso es que el jazz que emite Radio Clásica es justo el más tradicional y por tanto popular, no es jazz experimental o de vanguardia que tendrían más sentido en la antigua Radio 2, me resulta una contradicción.

No obstante, yo no estoy precisamente satisfecho de la programación de Radio Clásica, pero me temo que si hacen cambios serían a peor. Me sobran música enlatada, palabrería y programas de relleno, especialmente en la franja matutina. Están las honrosas excepciones como Divertimento o Sinfonía de la Mañana, pero Longitud de Onda es un truño generalista insoportable y el domingo hay un esperpento llamado Crescendo que trata a la audiencia infantil como si fueran imbéciles, un poco más de inteligencia por favor.

Al melómano clásico empedernido no le falta discoteca por lo general y para enganchar a melómanos potenciales harían falta mejores argumentos que los ofrecidos: ni tratar al oyente como un tonto ni el extremo rancio del sólo para iniciados (Maestros Cantores adolece de este defecto).  El gran agujero de Radio Clásica es la música en directo, representada en muy corta medida por Fila Cero y Los Conciertos de Radio Clásica. Es un gran error cuando pese a las limitaciones de presupuesto, en nuestro país hay un buen número de festivales activos y orquestas. Me indigna tener que estar persiguiendo en la programación una retransmisión de la Orquesta Ciudad de Granada o que se emitan con cuentagotas en diferido los conciertos del Festival de Música Antigua de Úbeda y Baeza, o las pocas emisiones en directo del Festival Internacional de Música y Danza de Granada, por poner ejemplos que me son cercanos. Extendamos esto a todo el ámbito nacional: Radio Clásica podría tener una programación preferente volcada a la música que se está haciendo en nuestro país, revertiría positivamente en la difusión de esas orquestas y festivales y evidentemente los oyentes lo agradecerían, siempre causa más interés lo que nos es próximo. Esto tendría principalmente cabida en la franja horaria de tarde, donde el directo tendría preferencia e incluso que los programas ‘enlatados’ fuesen suspendidos llegado el caso. ¿Radical? Sí, pero necesario. ¿Y por qué no es así?, por lo de siempre: el dinero, esto supondría aumentar considerablemente la plantilla técnica (sí, hablo de la suficiente para cubrir TODO lo que sea posible que acontezca en los auditorios y salas nacionales) y por supuesto profesionales al micrófono para cubrir.


Un apunte final sobre los vasos comunicantes R3-RC. Es bueno que RC se alimente de audiencia de R3, por qué no, pero no creo que RC pueda ni deba cubrir las ausencias de géneros musicales que se han producido en R3, debemos reivindicar que su programación vuelva a ser un reflejo de todas las músicas populares. Y RC debería tener tener un objetivo claro de algo que falta mucho en nuestro país: fomentar la educación musical.

 

Y no olvidemos, para lo que hacen la mayoría de las emisoras comerciales no necesitamos una radio pública. Viene como anillo al dedo un lema que fue de La 2: Para una inmensa minoría.

 

Un poco de hemeroteca:


13 comentarios:

Julio dijo...

Los amantes de R3 hemos perdido con el paso de los años muchos profesionales queridos , vapuleado por las modas, los intereses, el 'presupuesto' y la falta de tacto de sus superiores y políticos, sacrificando la calidad, diversidad y su buen hacer quedando una R3 con muchos huecos y falta de consistencia.
Y no les extraña la falta de audiencia?
Cuál son los verdaderos intereses?
Nos están engañando?
Muy de acuerdo en la gran falta de rigor de 'La Gran Encuesta-Estafa'.
Firma:
Oyente de R3 y RClásica.

Unknown dijo...

Muy disgustado con el proceder de la dirección con personas que nos engancharon a la radio y nos han hecho querer a Radio3 como algo nuestro .Por favor ,un respeto a esos grandes profesionales que pueden seguir aportando tanto .La BBC no jubila a sus estrellas queridas .No estamos precisamente sobrados de referentes en este pais. Se han propuesto hundir Radio3 ?

Jesus dijo...

Nada que añadir, Antonio. Lo has expresado perfectamente

Unknown dijo...

Habría que preguntarse si lo masivo es por lo que hay que apostar en lo público, porque si fuera así, desaparecería mucho arte y cultura

Silvius canis dijo...

Te faltó siglo XXI

Antonio Pérez Villena dijo...

Está Siglo XXI, pero no en la relación porque no corresponde.... unas líneas más adelante.

gaspar dijo...

Sintiendo un rechazo visceral por Tomás Fernando Flores y lamentando profundamente la desaparición de algunos espacios de la parrilla (el ambigú forma parte de mi educación sentimental) creo que hay puntos que se pueden no sé si rebatir, pero sí afinar.

Floro dejó por voluntad propia el programa. En parte por la reducción de su sueldo como colaborador, pero en ningún caso fue despedido ni formó parte de ninguna restructuración.

La renovación en las plantillas de las Radios estatales es algo habitual y deseable.

Que después de 50 años en parrilla, Julio Ruíz tenga que dejar el programa no me parece ningún drama. Más bien resulta hasta cómico que la gente ponga el grito en el cielo. Otro tanto puede decirse del resto. Ellos entraron a formar parte de una Radio que debería ser joven. O parecerlo. Y ni una cosa ni la otra. Gilles Peterson, mítico locutor de la BBC con un programa reconocible en medio mundo, tras muchos años en antena, fue movido a BBC 6, lo que aquí sería Radio 3 extra y aunque muchos lo lamentamos, por otra parte resulta saludable que así ocurra.




Pedro dijo...

Pedro https://ctxt.es/es/20211201/Culturas/38070/juan-pablo-silvestre-mundo-babel-radio-cultura.htm

Pedro dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Samuel dijo...

He estado escuchando R3 durante los últimos 30 años, siempre que podía y un gran número de programas de distinto pelaje y condición. Con los últimos cambios, mi interés por lo que han ido ofreciendo ha decrecido notablemente. El otro día escuché un rato de Generación Ya y me sentí completamente fuera de lugar (en realidad me sentí como un gilipollas). En definitiva...
Agur babur

Antonio dijo...

Pues yo estoy bastante de acuerdo en general con lo que se menciona. Pero soy oyente de Radio Clásica y permítaseme que rompa una lanza pequeña en favor de Longitud de onda. A mí que me gusta la música y la ciencia, ese programa me ofrece algo que no me da ningún otro. Por lo demás, bastante de acuerdo.

Unknown dijo...

No me gustan muchos de los programas que se hacen ahora en R3, pero tampoco me gustaban los que han desaparecido. Para gustos, colores...

Pedro Cardeñosa dijo...

Desde el 78 oyendo Radio 3 y Radio Clásica. Radio 3 creció, se desarrolló y nos dio enormes alegrías y, a veces, insoportables muermos. Normal, también me pasa ahora con la BBC sounds. El problema es que no evolucionó. Se convirtió en sede oficial de EGOS nacionales que no quisieron-pudieron-supieron mirar más allá de su ombligo. Mismo proceso ocurrió en Radio Clásica, pero está mucho más fresco y todavía en plena expansión. Melodías Pizarras es un magnífico ejemplo de lo que deberían ser los programas de cualquiera de las dos emisoras. El típico eslogan que se repite desde siempre en las emisoras europeas "MENOS BLABLA, MÁS MÚSICA" no lo han entendido casi nadie en este país.